05 julio, 2008

Hambre en el mundo y reparto de culpas

Mientras nuestros políticos hacen gala de la profundidad intelectual habitual a la hora de analizar las causas de la crisis (y es que de donde no hay no se puede sacar), los expertos de verdad nos advierten de que nuestras decisiones estúpidas matan de hambre a millones de personas.

Uno de ellos es Paul Collier, de quién ya hablamos por aquí hace algún tiempo y con quién publicó una interesante entrevista el domingo pasado el suplemento XLSemanal en la que, una vez más, ataca algunos de los tópicos del buenismo ecologista y dice cosas como, por ejemplo, que la tecnología puede ser la parte más importante de la solución del problema del hambre (en lugar de un maravilloso reparto de los alimentos o el abandono del satánico consumismo):

La manera más realista de aumentar la producción es imitar el modelo de Brasil: grandes compañías agrícolas, tecnológicamente sofisticadas.

Tampoco queda títere con cabeza en el ámbito de la sacrosanta cooperación internacional:

Las agencias de cooperación han orientado sus esfuerzos al desarrollo del pequeño campesino. ¿Con qué resultado? Se lo diré. África produce menos alimentos que hace cincuenta años. La vida campesina no encaja bien con la innovación.

Y ojo a lo que dice de los malos malísimos del mundo agrícola, los transgénicos:

Se supone que la desconfianza hacia los transgénicos es por el interés de nuestra salud.
Es una desconfianza fomentada por el lobby agrícola, que juega con nuestro miedo. Son fenomenales sacándonos el dinero.

No creo que un agricultor empobrecido por la sequía esté de acuerdo…
Las organizaciones agrarias saben muy bien cómo proyectar una imagen que inspire lástima. Es una imagen distorsionada, que solo refleja a una parte del sector. Pero es la imagen que prevalece en los medios.

O:

En Estados Unidos, el miedo al cambio climático ha sido manipulado para conseguir subsidios enormes para los biocarburantes. Un tercio de la producción de grano en América se ha desviado rápidamente a la producción de biocarburantes. Este cambio demuestra el escandaloso papel de los grupos de presión agrícolas que van a la caza de subsidios. Como en Europa hay mucho antiamericanismo, está de moda criticar la tontería de Estados Unidos con los biocarburantes. Pero Europa peca de similares tonterías.

¿Por ejemplo?

Las restricciones europeas a los cultivos transgénicos.

En resumen, que más de uno que va por ahí de defensor de la humanidad debería hacer examen de conciencia, si tuvieran un poco de eso, claro.

Muy recomendable, no dejen de leerla entera.

1 comentario:

octopusmagnificens dijo...

El hambre en el mundo es un mito del progresismo y el conservadurismo. ¿Dónde están esas masas que se mueren de hambre? ¿Dónde? ¿En qué país?