30 junio, 2004

No corras, papá (y dile a Bush que sea bueno)

Cuando yo era niño los únicos consejos que le dábamos a nuestros padres eran el típico “No corras papá” que se pegaba en el salpicadero del coche con las fotos de todos los miembros de la familia. Sí sí, ese que quedaba justo al lado de la pegatina de la Virgen con el texto “Yo conduzco, ella me guía”.

Hoy en día las nuevas logse-generaciones son más atrevidas, y se atreven a aconsejar a sus padres sobre las más variadas materias. El paradigma de esta nueva hornada de niños es la tierna hija de Cetapé, que ante los compromisos internaciones de su papi le deja claro cuales deben ser las prioridades en las relaciones con los líderes de todo el mundo: “Papá, dile a Bush que no haga más guerras”.

Fíjate, que graciosa, que inocente, que simpática, tan joven y ya siente un ansia infinita de paz. Me pregunto si cuando sea mayor y vea como su padre ha manipulado las tonterías de una niña y se las ha contado ha todo el país sentirá vergüenza e indignación o vergüenza ajena e indignación.

Pobrecita.

Y pobres de nosotros, con la política internacional en manos de tres niños: padre, hija y ministro.

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