¿Vale una imagen más que mil palabras? En mi humilde opinión dependerá tanto de la imagen como de las palabras. Lo que no es de recibo es tratar que una fotografía sustituya a mil palabras (a millones si me apuran) que dejan de decirse no por economía de tiempo o por comodidad, sino porque no se tiene ni puta idea de qué decir.
Así, el Gobierno ZP nos plantea una vez más la retórica de la imagen y reúne a los capitostes de las Comunidades Autónomas con el único y vacuo propósito de hacerse una foto todos juntos. Eso sí, arreglando el sarao para que nadie pueda decir nada más que PA-TA-TA al fotógrafo, no sea cosa que nos enfurruñemos, la foto no quede tan bonita y luego el PFFR no pueda convertirla en propaganda para mentes progres que no tienen mucha necesidad de pensar.
Lo que les importa no son las palabras, ni siquiera las más graves, las que definen la “cosa”: “Que cada uno se llame como se quiera llamar, pero todos con un proyecto común” ha llegado a decir el talantudo presidente del gobierno.
Cabría preguntar ¿qué proyecto? Es obvio: la foto. Y mañana ya veremos, ahora sonríe, Pascual, que es de lo que se trata.
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