21 noviembre, 2004

Sobre la lengua (o las lenguas)

Me pide un buen amigo que hable en el blog del tema de la lengua o las lenguas, es decir, del catalán y el valenciano y su supuesta diferencia o igualdad. Hasta ahora no lo he tocado porque siento que es un tema en el que demasiada gente dice demasiadas cosas y no sentía que yo pudiese aportar mucho interés, pero como uno se debe a su público allá vamos…

Para mí lo peor de esta agria polémica que ya dura una pila de años es que absolutamente a nadie de uno u otro bando le importa lo más mínimo el idioma como lo que es: un vehículo para el entendimiento de las personas; y tanto unos como otros lo utilizan o pretenden que sirva como una herramienta para el control político de un determinado territorio.

No voy a entrar en el meollo científico de la cuestión por dos razones: porque no tengo los suficientes conocimientos y, sobre todo, porque como digo eso es algo que no interesa a ninguno de los que día tras día se rasga las vestiduras y tira ceniza sobre su muy catalana o valenciana cabeza.

Y es que la polémica no es más que una intrusión bastarda y lamentable de la política en un terreno en el que nunca debería entrar: cierta clase político-cultural catalana, mucho más preocupada por lo primero que por lo segundo, ha pretendido montar a partir de la lengua un proyecto de expansión imperialista llamado Països Catalans, con el que satisfacer su propio sentimiento de superioridad y dar espacio a su proyecto eminentemente centralista, pese a lo mucho que se quejan del “centralismo opresor”.

Como se pretende crear una unidad política que no ha existido nunca se ha tratado de justificar mediante la cultura, y como esta justificación es también muy discutible se ha acabado refugiando en el tema de la lengua, como si compartir una lengua fuese suficiente para crear una nación (España debería llegar entonces al borde de Texas, con lo bien que nos llevamos con Bush).

Por el otro lado, al ver la jugada se han decidido por el camino más corto, que probablemente no es ni el más eficaz ni el más racional: en lugar de desmontar un argumento que ni tiene bases en la historia ni en la realidad ni en ningún lado se han limitado al pase largo, a la jugada rápida: ¿quieres colonizarme porque hablamos la misma lengua? Pues resulta que te jodes porque hablamos lenguas distintas.

A mí, como hijo de valencianos, marido de valenciana y usuario habitual de la lengua de mis padres y mis abuelos, se llame como se llame, me asquea el uso político que de ella se hace y lanzo una propuesta para que ambas partes se sientan mejor, puesto que unos dicen defender al valenciano y otros la unidad de la lengua demos satisfacción a ambos: aceptemos que el valenciano es la lengua que se habla en los Països Valencians, territorio que comprende la Comunidad Valencia, las Islas Baleares y Cataluña y cuya capital es, por supuesto, Valencia.

No sé por qué, pero me temo que no va a colar.

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