20 diciembre, 2004

La carta (actualizado)

Me llama poderosamente la atención el escaso eco que ha tenido en su competencia (e incluso en la blogosfera, con escasas excepciones) la carta de 60 colaboradores de El País sobre lo que ya se ha dado en llamar “el caso Echevarría”. Supongo que la mayoría de ustedes conocen el tema: uno de los críticos más destacados del suplemento cultural de El País, Ignacio Echevarría, decidió acabar su relación con el periódico tras ser poco menos que vilipendiado y apartado al publicar una dura crítica a la última novela de Bernardo Atxaga, gran apuesta de la editorial Alfaguara, casualmente propiedad, como el periódico, de PRISA.

Lo que podía ser un malentendido más o menos significativo entre un escritor y su diario se ha convertido, en mi opinión, en un serio golpe al periódico. En primer lugar por lo sorprendente de la situación y en segundo por el prestigio personal y la calidad literaria de muchos de los firmantes, en los que está lo mejorcito de las páginas prisaicas: Vargas Llosa, Savater, Eduardo Mendoza, Marsé, Javier Marías… ya así hasta 60 nombres casi todos muy significativos.

Ayer Arcadi Espada se hacía eco de la carta en su blog y hoy la Defensora del Lector de El País aborda el tema sin mencionar la carta y con su habitual prosa ministerial y con una no menos habitual solución a medio camino entre la justificación y la crítica.

Francamente, no sé cómo reaccionaría si fuese lector de ese diario, no sé si esto me serviría para cambiarme a otro pero dudo que eso ocurra mucho, la mayoría de los pocos españoles que compra habitualmente el periódico lo hace con las entrañas y no cambia aunque se le pille en la más tremenda de las mentiras o aunque se descubra que el propietario utiliza los beneficios para comer niños crudos (cosa que, además, no creo que haga el Sr. Polanco).

Por otra parte, me pregunto si los escritores que firman la carta considerarán suficientes las explicaciones de la Defensora del Lector y, sobre todo, me pregunto si algunos de ellos a los que respeto infinitamente como mi idolatrado Vargas Llosa se caen ahora del guindo del medio en el que colaboran.

¿O es que quizá no lo leen?

ACTUALIZACIÓN: Periodista Digital está haciendo una cobertura muy interesante de este tema que hoy aporta varios nuevos documentos: en primer lugar una entrevista con Ignacio Echevarría en la que habla muy clarito y con dureza de todo lo ocurrido.

En segundo lugar se reproduce la crítica que ha desencadenado todo este “sarao” y que hasta ahora ni había tenido la oportunidad de leer ni había considerado que fuese esencialmente relevante conocer (ya me he puesto un suspenso en periodismo). Y resulta que la crítica no es sólo extremadamente dura con la calidad literaria del libro, que yo también me permito dudar vistas las frases bobas que extrae de él, sino que también le atiza en toda la cocorota al nacionalismo (versión casería idílico) que éste rezuma.

Resulta pues que el tema puede no es solamente un problema editorial sino que tiene evidentes connotaciones políticas en una empresa que, recordemos, tiene un cariño entrañable por determinado partido político vasco con nombre de órgano sexual masculino.

Por último, también se recoge en el artículo publicado hoy por Federico Jiménez Losantos en El Mundo alrededor de la carta de los colaboradores de El País, en la que como no podía ser de otra forma dice las cosas mucho mejor y más contundentemente de lo que lo hacíamos aquí ayer.

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