En tan sólo tres días se anuncia la posible creación de dos nuevos partidos de izquierdas en Cataluña, uno a partir de la iniciativa de ciudadanos que protagonizan Arcadi Espada, Albert Boadella y otros intelectuales (en el buen sentido de la palabra, que sí, que existe); el segundo, todavía “en fase de amenaza”, el que anuncian hoy en las páginas del ABC diversos militantes del PSC, que reclaman “que se ponga fin al discurso imperante del nacionalismo en el PSC”.
Más allá de la opinión que de cada una de estas iniciativas pueda tener cada uno, me parece muy significativo que algo así ocurra en un país como España, en el que poner en marcha un nuevo partido es muy complicado y prácticamente garantía de una larga travesía del desierto de muchos años y, probablemente, sin llegar jamás a buen puerto. Es decir, cuando alguien llega a este punto de hartazgo y es capaz de enfrentarse a la partitocracia dominante realmente es que hay un problema de representación extremadamente importante.
Está claro que un ciudadano razonable no puede sentirse identificado al 100 % con un partido político, si uno piensa por sí mismo estará de acuerdo con un porcentaje más o menos alto de las propuestas de cada partido pero siempre habrá cosas que le chirríen pero, a pesar de ello, podrá decidir su voto por uno u otro partido en virtud de lo que le una a él o, en muchas ocasiones y por desgracia, por lo que separa de otros.
Sin embargo, en Cataluña hay ciudadanos razonables y de izquierdas (sí, creo que eso es posible: uno puede ser razonable y estar equivocado en algo) que ya no se sienten representados por unos partidos en los que el nacionalismo y el antiespañolismo son la norma de obligado cumplimiento. Porque hoy por hoy todos los grupos que forman el gobierno catalán son, antes que nada, nacionalistas, incluido por supuesto el PSC, y el nacionalismo no es progresista, por mucho que se empeñen en lo contrario. El nacionalismo, sea el vasco, el catalán o el inexistente español que tanto sacan a pasear (después de muerto, como si fuese el Cid), son actitudes e ideologías reaccionarias, extremadamente reaccionarias, totalitarias y liberticidas.
En definitiva, hay ciudadanos catalanes que desean votar a partidos moderados de izquierdas, europeos y amantes de las libertades… Y hoy por hoy ni el PSC, ni ERC ni IU-IC son ninguna de esas tres cosas. Bien está que se vaya sabiendo.
28 noviembre, 2005
Catalanes y de izquierdas
Posted by Unknown at 11:24 a. m. Menéame
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