17 noviembre, 2005

La extraña y turbadora belleza de Las Médulas

Es bastante raro que el hombre y la naturaleza trabajen juntos para crear un paisaje, más extraño todavía es que la parte humana del trabajo no sea el hoy por hoy habitual esfuerzo de restauración y desintoxicación, sino un ataque absolutamente salvaje, brutal, que acabe completamente con lo anterior para dar lugar a algo nuevo, y que este paisaje renacido no sea un erial sino algo lo suficientemente bello como para ser Patrimonio de la Humanidad.

Para colmo de extrañezas, imaginen que la depredación humana se hubiese producido hace unos 2.000 años y que, desde entonces y pese a que el paisaje ha sido devuelto a la naturaleza y se mantiene prácticamente virgen, los restos de ese ataque de los hombres siguen siendo visibles.

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