28 enero, 2008

Los 400 ("leuros", se entiende)

Se nos ha puesto el presidente un tanto "frankmilleriano", si bien al final se ha equivocado al contar y en lugar de los 299 más Leónidas del cómic y la posterior película nos ofrece 400.

- ¿400 qué?

- 400 "leuros" contantes y sonantes, sólo a cambio de su voto.

- Pues puestos a ser putas, lo veo un tanto barato.

- Hombre, todo depende, como decía aquel.

Presume el presidente de que es la primera vez que "un gobierno democrático devuelve renta a sus ciudadanos", pero no se le ocurre la posibilidad de que nadie lo haya hecho antes... precisamente porque no es propio de gobiernos democráticos.

Todos los partidos caen, tan cerca de unas elecciones y sobre todo de unas tan igualadas, en una subasta de ofertas por lo general bastante lamentable: es muy fácil ser generoso con lo que no es de uno y prometer el oro y el moro a costa del contribuyente. Sin embargo, el PSOE siempre acude en nuestra ayuda en aquellos momentos en los que tendemos a pensar que "todos son iguales" y asciende (o desciende) con presteza por la escalera de la abyección política para que tengamos claro que, al fin y al cabo, el mal menor es tan menor que casi es bien.

Y es que, aunque pueda parecer que es casi lo mismo, "devolver" graciosamente renta no tiene absolutamente nada que ver con dejar de quitarla, es decir, rebajar los impuestos. Lo segundo es que se mantenga en las manos del ciudadano lo que es suyo, lo primero es robárselo vía impuestos innecesarios para luego hacerle un regalo que como tal debe agradecerse a la generosidad del amo y que, además, dependerá en el futuro de su buena voluntad, a su vez relacionada con el agradecimiento que los subditos sepan demostrar... en forma de votos.

En mi modesta opinión es la cosa más rastrera de una legislatura que no se ha caracterizado por un nivel de calidad excelso, pero nunca habíamos visto un intento tan descarado y zafio de comprarnos, de apelar a lo más abyecto e interesado del votante. Hasta el famoso cheque-bebé que salió de la chistera para ganar un debate es más lógico y más digno que esto: hay por lo menos un bebé de por medio y no deja de ser una forma, aunque sea equivocada, de promover la natalidad.

Porque ni siquiera desde la óptica de un partido de izquierdas es posible justificar este desatino, como bien escribe hoy Antonio Casado (que no creo que sea sospechoso de ir de la mano de Rajoy) en El Confidencial:

Es impropio de un partido de izquierdas su falta de progresividad. "El ahorro es de todos", dice Zapatero ¿Y dónde queda la fiscalidad como instrumento de solidaria redistribución? Tampoco parece muy eficaz desde el punto de vista estrictamente económico, como devolución de recursos a los ciudadanos. Si se trata de evitar un desplome del consumo, uno de los motores del crecimiento, es obvio que los 800 euros al pobre sí aumentarían su capacidad de consumo, mientras que los 400 al rico la dejan como estaba.

Y donde no hay lógica política ni económica sólo nos queda la lógica... electoral. Con todo el morro.

Creo que los 400 leuros son el punto final a una legislatura (y me gustaría que a un gobierno, aunque me temo lo peor) que se ha caracterizado por la pérdida del disimulo, por el hecho de que ya sin reparos se han sustituido las formas por la propaganda, haciendo de lo impresentable motivo de orgullo y banderín de enganche: desde los pactos con los extremistas hasta el compadreo con los asesinos aun después de los asesinatos.

Creíamos que lo habíamos visto todo, pero aun tenían que decirnos a la cara lo que piensan de nosotros, dejarnos claro que creen que pueden comprarnos y, además, sólo por 400 míseros euros.

Sólo nos falta poner la cama... ah, ¿que también la ponemos? País.

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