03 junio, 2008

Vientos cambiantes

El pueblo de mi madre en Alicante, que me permite hablar de "mi pueblo" pese a ser como soy madrileño de nacimiento, tiene un clima por lo general algo más amable que el de la capital, pero aún así en verano tenía a veces días de un calor poco menos que insoportable, cuando soplaba el temido viento del oeste (el "ponent") y nos traía la temperatura del secarral manchego; o cuando dominaba el todavía más temido "llevech" del sur, que parecía llegar directamente de África.

En la fantástica casona de los abuelos teníamos un método empírico infalible que permitía adivinar la factura del viento aun antes de sufrir (o gozar) sus consecuencias térmicas: si la cortina de la puerta de la cocina a la terraza se movía hacia el exterior llegaba el refrescante viento de levante, si era al contrario más valía cerrar puertas y ventanas, bajar las persianas y buscar refugio en las cercanías del ventilador.

Normalmente el mismo viento soplaba durante uno o varios días, sin embargo había ocasiones en las que a media tarde, y sobre todo a partir de la caída del sol, el aire podía girar y volverse fresco, agradable y vivificante. Eso sí, se trataba de un proceso que requería cierto tiempo y cuyas primeras señales resultaban prácticamente imperceptibles para el espectador no muy avezado.

Todo empezaba por un sutil cambio en la inclinación de la cortina, que de invadir amenazante el espacio de la cocina pasaba a hacerlo de una forma más liviana, como sin querer, hasta que poco a poco se quedaba en terreno de nadie y parecía que nunca iba a tomar una determinación. Finalmente, y contra todo pronóstico, empezaba a expandirse alegremente hacia el exterior: llegaba el viento fresco y la noche se presentaba plácida y amable.

Les cuento todo este rollo costumbrista porque ha sido la imagen que me ha venido a la mente estos días al seguir la información que día tras día llega a los medios sobre la "desaceleración" del PP. Como en el caso de la cortina de la casona de los abuelos, el proceso es lento y al principio costaba hasta darse cuenta de que había empezado, pero poco a poco la cortina iba modificando su inclinación y al final el cambio era sustancial.

A estas alturas el viento todavía sopla en dirección a Rajoy y es probable que siga haciéndolo así incluso hasta después del Congreso, pero cada día hay más indicios que nos permiten intuir que su intensidad es menor semana tras semana y que, más pronto o más tarde, otra corriente será la dominante. Las palabras de algunos, la presencia constante de otros, incluso los silencios de muchos, van mostrando las grietas en lo que se creía una mole absolutamente compacta, van dejando adivinar que la cortina cada día se inclina más del otro lado.

Ahora solo es cuestión de tiempo.

2 comentarios:

jorge dijo...

"El llevant s´alça tard i es gita dejorn" (el levante se alza tarde y se acuesta temprano)
Efectivamente, si hacemos caso al dicho popular, la brisa fresca para Rajoy va a durar bien poco.

Otros dichos populares valencianos:
"Cel a borreguets, llevant a cabassets"
"El llebeig la mou i el llevant la plou"
"De ponent, ni el vent ni la gent"

Anónimo dijo...

Te han vuelto a plagiar...
http://retoprof.myblog.es/