Si la información que nos ofrecen hoy la SER y El País (¡cuidado, ese enlace lleva al periódico global en español!) sobre los cambios en el Gobierno no es una nueva papanatada como aquella que decía que “el elegido” de Aznar era Acebes (porque lo del payo de los calzoncillos era otra cosa), el cambio me parece hilarante, más que nada porque en las actuales circunstancias mejor reír que llorar.
Elena Salgado se convertirá en superministra de economía (siempre según PRISA, que yo no me fiaría del todo) y sería algo así como la llegada de la primavera, que ha venido y nadie sabe como ha sido. Digo esto porque esta mujer, que ha pasado hasta ahora por dos ministerios de no demasiado fuste (Sanidad y el actual de Administraciones Públicas), tiene entre sus grandes logros políticos la Ley del Antitabaco, la cruzada contra el triple güoper y una ley contra el vino que no llegó a publicarse y que era un auténtico dislate.
Una señora que tiene un perfil económico más o menos tan acusado como el mío (solo que yo soy más chato), es decir, que en la vida se la ha visto en esas lides y, desde luego, no es el primer nombre que se le ocurre a la mayor parte de la gente si le preguntan por alguien que pueda sacarnos del marrón – crisis actual (claro, que el primer nombre que se le ocurre a la mayoría es Rato, y no creo que a ese lo vaya a llamar Zapatero).
A Manuel Chaves, un chico que empieza en esto y que tiene mucho futuro después de mantener a Andalucía en la miseria los últimos 28 años, lo nombrarían vicepresidente de nosesabemuybienqué de las autonomías. Se trata sin duda de otra genialidad zapateril porque ustedes me dirán qué puede aportar Chaves a un gobierno después de que desde 1990 mantenga a la comunidad autónoma de la que es presidente en el último puesto de todos los indicadores económicos y sociales de España.
Por último, y siempre según la cosa prisaica, Blanco sería el nuevo ministro de Fomento en lugar de la inefable Maleni, a la que tanto echaremos de menos en las sesiones de control al Gobierno y, en general, en todas sus apariciones públicas, fuente de continuo regocijo y risión.
Lo de Blanco es casi tan espectacular como lo de Salgado, pues si a una no se la conoce pasado económico alguno el otro no ha gestionado, que se sepa, ni el presupuesto de la comunidad de vecinos (aunque igual ahora lo hacen presidente de Villa PSOE), no obstante lo cual, pasará de hacer discursos y meterse con el PP a administrar el ministerio con más dinero en caja. Brillante.
Si creemos a El País y la SER, Fernández de la Vega seguirá en el gobierno (muchos habían apostado por su salida) y no se sabría nada de la vicepresidencia estelar de Pérez Rubalcaba, a la que apuntaba hoy Pedro J. Ramírez en su carta dominical. Tampoco se sabe nada de las y los diferentes cracks de la política que pueblan hoy por hoy el Gobierno, genios que han epatado a la nación entera con su eficacia como Corbacho, Corredor, Sebastián, Soria y demás cuadrilla (omito a la bella Bibiana porque no creo que nadie piense que la iban a echar ahora, con la cosa del aborto a medias).
Y tampoco se cumpliría el calendario que Victoria Prego apuntaba, también en El Mundo, como el más lógico para el proceso de cambio. Claro que, ¿cuándo le ha importado la lógica a Zapatero?
PD.: Todo esto si no se trata de un gol que le estén metiendo a PRISA por toda la escuadra “mediaproera”.
05 abril, 2009
Crisis de Gobierno: parece que llega una nueva remesa de cracks
Posted by Unknown at 9:22 p. m. Menéame
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4 comentarios:
Esto no se arregla con cambios de ministros, eso está claro, ¿ lo del Gobierno de concentración lo verán nuestros ojos ?
José Blanco ministro, ya puedo decir que lo he visto todo en esta vida.
Tiene toda la pinta de un pago de favores (a nuestra costa) antes del fin (ojala)
coincido.. parece un pago de favores... saludos y esta muy bueno el blog
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