Vuelvo a éste mi/su blog tras la separación obligada por un fin de semana fuera de casa y justitos de tiempo. No crean que turismo primaveral no, obligaciones y visitas familiares de mayor o menor agrado.
Como no me apetece hablar más de encuestas ni comentar el como era previsible partidista (que no partidario) artículo sobre Mariano Rajoy que publica hoy EPS, les contaré el delicado proceso por el que hemos pasado esta noche para elegir el canal de la tele que íbamos a ver durante la cena. Ha ocurrido hoy, pero podría ser cualquier día.
La batalla, quiero decir, la búsqueda del consenso ha empezado, como suele ser habitual, por mi rastreo por los canales del Digital + (¿televisión gratuita? Por favor no, ¡que horterada!). Siendo ya algo tarde y teniendo en cuenta el cansancio acumulado del fin de semana las películas quedan descartadas. En cuanto a las series, parece que no hay nada jugoso que echarse a la boca, así que miremos los documentales.
- ¿Cariño, te apetece ver un documental sobre Irak?
- No.
- ¿Y uno sobre mamíferos?
- Tampoco.
Bien, así me gusta, clara y concisa. Como no encuentro nada que me congratule traspaso el mando en un gesto de pretendida generosidad que en realidad es un reproche: encuentra tú algo, lista.
Efectivamente, ella encuentra algo: el programa de sexo de la Lorena Nosequé. No está mal, pero comparado con el documental de Irak… sutil juego de gestos para demostrar descontento.
Ha surtido efecto, ahora pregunta ella:
- ¿No te apetece ver esto? ¿Qué quieres que ponga?
- El documental que quieras –respondo estúpidamente generoso.
Efectivamente, de tres posibilidades elige la peor: insectos tenebrosos (o algo así): el ciempiés gigante del Amazonas (que mide como medio metro el tío) se nos presenta en un primerísimo plano que parece que va a caer al plato. No les describiré la subsiguiente batalla con la cucaracha plana de nosecómo (también gigante, por cierto) no sea cosa que les siente mal la cena.
- Cariño, esto es asqueroso…
- Vaaalee.
Ahora nos sumergimos en el apasionante mundo de los mamíferos prehistóricos… Yo quiero ver el documental de Irak, pero no se lo he dicho para que no sea LO QUE YO QUERÍA VER: igual mañana me interesa mucho otra cosa y empiezo la batalla con desventaja. Sin embargo, yo siento que ella tenía LA OBLIGACIÓN de adivinarlo y darme el gusto ¿o no? que para eso le he dado el mando de la tele.
Está claro y es totalmente justo, ¿no? Yo cedo el mando (en los dos sentidos) para que mi mujer elija "voluntariamente" lo que en un principio se ha negado a ver, pero en ningún momento tiene que parecer que es una decisión que yo he forzado. Aquí me gustaría ver a Collin Powell y Ana de Palacio...
Al final hemos visto como Pedro Larumbe preparaba una dorada con vinagreta de lentejas. Me consuelo pensando en la envidia que tendrá cierto amiguete muy cocinillas cuando se lo cuente y en que Ana de Palacio tampoco habría logrado mucho más.
Soy un incomprendido.
07 marzo, 2004
Del mando de la tele, líbranos Señor
Posted by Unknown at 11:25 p. m. Menéame
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