15 marzo, 2004

El bálsamo de Zetapebrás

Incrédulo de mí, yo pensaba que los problemas graves había que solucionarlos poco a poco, con medidas políticas muy meditadas, firmeza democrática y, sobre todo, unos principios muy claros... pero mis compatriotas me han sacado de mi error, ha llegado la medicina que todo lo cura: el bálsamo de Zetapebrás.

Todo lo curará Zetapebrás como por encantamiento, ¿qué somos víctimas y objetivo del islamismo asesino? No nos preocupemos, Zetapebrás arreglará el problema, ¿cómo? Por su mera presencia y su “talante democrático”. De hecho, me comentan fuentes muy bien informadas que al salir los fascistas del Gobierno de España Bin Laden ha colgado ya la chilaba y está acariciando leprosos con la orden de la Madre Teresa.

¿Qué tenemos que darle cancha a los nacionalismos y además asegurar la unidad de España? Ninguna dificultad, aquí está el bálsamo de Zetapebrás para unir lo no unible y separar lo inseparable. Al fin y al cabo ya lo hace Santa Madre Iglesia: si es preciso España será una y trina, sólo es necesario tener un poco de fe y no hacer muchas preguntas.

¿Que hay que gastar más dinero y mantener el déficit cero y al mismo tiempo no mantener el déficit? ¿Quién dijo miedo? Para eso tenemos los expertos de dos tardes y si hace falta más ya improvisaremos, al fin y al cabo, ¿no basta con tener fe para que todo vaya bien? ¿No es la economía cuestión de confianza? Pues confianza ciega y nunca mejor dicho.

¿Y cuáles son los ingredientes de tan mágico emplasto? Tres partes de mentirijillas, dos de medias verdades, cinco de no decir nada que la gente no quiera oír, media de proyecto y ninguna de principios, y como no hay principios todo es negociable y nunca pasaremos por radicales o prepotentes.

Los principios son caca, votante no toques.

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