11 marzo, 2004

Hoy, mañana y el domingo

Esta mañana nos hemos despertado y hemos empezado nuestra actividad como si éste fuese un día normal. Bien pronto, antes de salir de casa, se ha oído un sonido que nos ha hecho pensar en algo malo, por supuesto infinitamente menos trágico que lo que hemos sufrido al final.

Luego a través de la radio la confirmación de nuestra sospecha, y durante toda la mañana la comprobación alucinada de que el horror iba mucho más allá de lo que nunca habríamos podido imaginar.

En la oficina, en el restaurante en el que he comido, por la calle, en los otros coches del atasco o en el hipermercado en el que he comprado esta tarde las caras de mis conciudadanos reflejaban lo mismo que yo he sentido: estupor, horror, indignación e incluso miedo…

Hoy hemos llegado a un extremo de barbarie, locura y fanatismo que, seguramente, cambiará nuestras vidas. Pero también hemos tenido el ejemplo del la solidaridad, el sacrificio y el esfuerzo por los demás de los policías, los bomberos, la gente del SAMUR, los donantes de sangre, los médicos y las enfermeras… Hemos comprobado una vez más como nuestra sociedad, nuestro sistema, sabe reaccionar aun en las peores circunstancias, y con la ayuda y el sacrificio de todos somos capaces de salir adelante incluso en el peor momento.

Mañana, estoy seguro de que las calles de Madrid y de todos las grandes y pequeñas ciudades de España se llenarán de ciudadanos libres y que quieren seguir disfrutando de esa libertad, personas que no están dispuestas a dejarse amedrentar por la metralla, que no quieren ceder, que no quieren que el de los muertos de hoy sea un sacrificio vano y que sus asesinos se salgan con la suya.

Y el domingo, por último, espero y deseo que las urnas se llenen de votos libres, emitidos por ciudadanos libres y para partidos políticos que no pactan con los asesinos, que no viajan a Francia a negociar en qué trenes se van a poner bombas y en cuales no, que no mantienen a los etarras del Parlamento Vasco en sus escaños, que no han estado en Estella, que no están ni con Ibarretxe ni con “Roviretxe” (que vergüenza la de ambos hoy, que vergüenza), que no quieren romper España ni quieren nada con los que hoy han roto el alma de Madrid.

Ese será el criterio que yo seguiré para votar este domingo, ¿y ustedes?

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