18 marzo, 2004

Las causas de la derrota del PP (II)

Sigamos con el tema. En el primer artículo con este título (que pueden encontrar un poco más abajo) hemos señalado tres causas de la caída en desgracia del PP: el terrible atentado del 11M; la facilidad con la que la izquierda es capaz de acusar a la derecha de TODO, sea más o menos verdad e incluso sea más o menos creíble; y la incapacidad de la propia derecha para defenderse por sus propios complejos.

Pero hay mucho más, y hay mucho más porque amén de que a partir de la masacre se da un vuelco, ya antes de ella las encuestas no respondían, según mi criterio, a los resultados de una gestión (y al desconcierto de una oposición) que tendrían que habernos llevado a que las elecciones fuesen un mero trámite para revalidar la mayoría absoluta.

Una de las causas evidentes de esto es la incapacidad que ha demostrado el PP para explicar su acción política en cualquier campo.

Creo que el ejemplo paradigmático de esto, el polvo que nos ha traído la mayor parte de estos lodos, ha sido la Guerra en Irak. Desde mi punto de vista la especial implicación de España en esa guerra era una consecuencia de varios acontecimientos y muy especialmente de nuestra conflictiva relación con el único enemigo potencial que tenemos: Marruecos, donde el joven rey parece dispuesto a cualquier cosa y ha elegido a España como el “objeto de despiste” de sus inmensos problemas internos.

Marruecos dio un paso de una importancia y un atrevimiento increíbles con el ataque al islote Perejil, que tenía una carga simbólica y política tremenda. En ese momento nuestros “nuevos amigos” de Europa (Francia y Alemania) nos dejaron como a Gary Cooper: solos ante el peligro. Con las cosas así y con dos ciudades y siete islas españolas reclamadas como territorio propio por Marruecos, Aznar buscó el único aliado dispuesto a ayudarnos (y que además era el mejor): EE.UU.

Con esta nueva relación y también como consecuencia del 11S, gracias a EE.UU se ha conseguido un cambio en la percepción internacional de ETA y un avance en la lucha política y policial frente a la banda de asesinos de una importancia capital. Pero en política internacional todo tiene un precio, y favor con favor se paga, así que cuando nuestro aliado nos pidió ayuda a las Azores que nos fuimos.

Creo sinceramente que esta es una “película de los hechos” no solo creíble sino también razonable, y que explicada con tranquilidad y firmeza la opinión pública habría podido entenderla, pero las explicaciones no fueron ni tan claras ni demasiado convincentes, y sumado esto a la demagogia izquierdista y el antiamericanismo de buena parte de nuestra sociedad se convirtió en una arma arrojadiza cuya magnitud hemos visto ahora.

Un ejemplo no menos válido es el otro gran tema de pancarta de esta legislatura: el Prestige. La gestión de la catástrofe en Galicia es discutible como toda acción de gobierno, pero creo que hay algunos puntos destacables que el gobierno del PP no ha sabido transmitir a la sociedad: uno, el barco no lo hundieron ni Aznar ni Fraga con la aviesa intención de joder a Galicia, fue una catástrofe con muchas causas y entre ellas estaba, por ejemplo, el mal tiempo; dos, los afectados recibieron las indemnizaciones correspondientes semanas después del hundimiento del barco, en el caso similar inmediatamente anterior, el del Mar Egeo, las indemnizaciones tardaron años en llegar.

Sin embargo, el PP no ha podido no explicar lo primero ni capitalizar lo segundo. ¿Por qué estos mensajes no llegan al público? Es obvio que los responsables del partido han minusvalorado la importancia de la comunicación y ni han sabido elegir a las personas, ni han trabajado los mensajes, ni han actuado en el campo del los “mass media” con la eficacia y la determinación debidas.

Pero de los “mass media” (menos que la media en muchos casos) nos ocuparemos en el próximo artículo de esta serie.

No hay comentarios: