17 marzo, 2004

Me siento mucho más tranquilo

No puedo ocultarles, queridos lectores, que estaba realmente preocupado. Amén de ciertas divergencias ideológicas (sí, ya sé que eso de tener ideología está “demodé”, pero que quieren que les diga, uno es un clásico) no estaba muy seguro de que el nuevo gobierno estuviese preparado para asumir la responsabilidad que los españoles le han otorgado de una forma irreflexiva, pensaba yo, personaje tan desinformado como malintencionado.

Sin embargo, esta mañana la recalcitrante voz de la COPE (sí, también sé que escuchar la COPE está todavía más “demodé”, pero me tengo que ir desenganchando poco a poco) me ha llegado, digo, como bálsamo tranquilizador: estamos ante un hombre preparado y sabio, lo dice Mohamed VI, rey de Marruecos, luz de los creyentes, destacado demócrata, amigo de España...

Si no tenemos bastante con las palabras de este santo varón que rige un reino que le ha entregado directamente Alá – recordemos que dentro del modernísimo esquema político de Marruecos el monarca no es sólo la máxima y prácticamente única autoridad política sino que también el “number one” del tema religioso; desde el norte nos llegan otras palabras sabias de otro entrañable amigo de España: Juan José Ibarretxe, que califica el momento de “oportunidad histórica para el País Vasco”.

Como diría una amiga mía: “por riba y por bajo”.

Es curioso como dos demócratas contrastados, partidarios de conquistas sociales como la unificación del poder político y el religioso, celebran y saludan la llegada de la libertad y la democracia a España tras los oscuros años de gobiernos liberticidas que han tenido la osadía de enfrentarse a amigos del pueblo como Fidel, Sadam, Chavez o el propio Mohamed. Una España, por otra parte, que ellos aman profundamente, ¿qué digo aman? Adoran, idolatran, veneran, reverencian...

Dime con quien andas...

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