Lázaro Carreter

Don Fernando Lázaro Carreter era un personaje al que odiaba particularmente en mi niñez. Un poco raro, lo admito, pero lo entenderán mejor si les digo que era el autor de los libros de Lengua de EGB, asignatura a la que le tenía yo bastante inquina (y fíjense en lo que hemos acabado, hay que ver).

Años más tarde empecé a leer sus columnas en ABC, y admiré su habilidad como escritor, su sabiduría y su fina ironía azote de muchos juntapalabras con pretensiones de periodista. Esos artículos eran una divertida y necesaria reflexión sobre el uso que los medios de comunicación hacen (¿hacemos?) de la lengua española y, además, un ejercicio de amor y respeto por el idioma del que todos los lectores nos contagiábamos un poco.

Ha sido uno de los lingüistas más respetados y uno de los primeros y de los mejores en bajar a la arena del periodismo, de la sociedad al cabo, a defender el idioma que tanto amaba.

En fin, se nos va un maestro, y como más no podemos hacer sirva esto de modesto homenaje.

Por cierto, el libro era estupendo, el cenutrio era y sigo siendo yo.