Cuando era un chavalín teníamos las habituales broncas con otros grupos de niños. Las causas eran de lo más variado, pero había un rasgo en común en las explicaciones que dábamos a las madres o las “profes”: la culpa era, siempre, de ellos. ¡Tan válido era el argumento que hasta el otro grupo lo usaba!
Desconozco si hoy en día los niños siguen utilizando un método tan sencillo de quitarse los marrones de encima o han evolucionado y, en la línea de la familia ZP, le echan la culpa a Bush. Sin embargo, me ha enternecido ver como los “Teddy boys” (la SGAE, para que nos entendamos todos), siguen siendo como niños (será porque los tratamos con cariño) y que, cuando la gente no compra sus discos, la culpa la tienen otros: los piratas, el público que no se entera, el gobierno fascis… ah no, eso ya no.
En fin, ni un átomo de autocrítica, ni un segundo de duda sobre la genialidad de las propias obras, la estructura de una industria que ha sido superada tecnológicamente por sus propios usuarios o los oscuros métodos de promoción usados. Nosotros somos cojonudos en suma, pero el pirata es muy malo y el cliente muy tonto.
Vaya panda.
La industria de la música ha crecido sobre una montaña de mierda enorme: corrupción, abuso de posición dominante, desprecio y uso del artista como si de un vulgar kleenex se tratase (ok, muchos no se merecían otra cosa, pero no son formas), continuo y descarado engaño al consumidor… Además, ahora llevan años sin querer enterarse de que su modelo de negocio ha cambiado: el soporte físico se muere de muerte natural y lo que configurará el mundo de la música en el futuro son las filas de ceros y unos descargadas de Internet.
Son corruptos y torpes, y encima quieren que les mantengamos el negocio entre todos.
Y por la otra parte tenemos a los “artistas”. Calculo que la proporción de cantantes y músicos que merece ese nombre es uno de cada cincuenta. El porcentaje de discos que merece algún interés es similar: no hay innovación, escuchamos la misma bazofia enlatada y en el caso de España ni siquiera se preocupan de que la lata tenga un mínimo de calidad. En resumen: llevan años ofreciéndonos la misma mierda y les llama la atención que nos cansemos de comprarla.
Los “Teddy boys” y sus adláteres se asombran de que la gente prefiera comprar sus discos a un inmigrante por cuatro perras que gastarse más de 20 euros en la efnac o elcorteinglé, pero mientras crean productos de consumo rápido y que caducan en poco tiempo. Si la gente sólo pagar euro y medio por un disco ¿no será que no vale más? ¿no será que para los dos meses que estará de moda ese precio está bien?
Ay, que fácil es echarle la culpa a los demás de nuestros problemas, la única pega es que no los soluciona.
02 julio, 2004
La SGAE y el negocio de la música: "la culpa es de ellos"
Posted by Unknown at 12:46 p. m. Menéame
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