02 agosto, 2004

Las crónicas de Benivente 3: la nueva agitación política

Como el turrón que vuelve a casa por navidad, todos los veranos pasamos un mínimo de una semanita en nuestro pueblo. Para alguien que como yo abomina de las playas veraniegas un pueblecito tranquilo y una casa de las de antes, con frescos muros de casi un metro de ancho, son lugares ideales para pasar unos relajantes días con nuestra mamá mimándonos mucho, que es otra cosa que nunca está de más.

Así que, aprovechando que nos encontramos en el mismo lugar de los hechos y que nuestra circunstancial conexión de pago a Internet nos impide navegar a la búsqueda de temas sobre los que escribir, vamos a volver a hablar de los acaeceres de esta peculiar villa que vaya usted a saber como se llama pero que entre nosotros se llamará Benivente.

Hoy vamos a entrar de lleno en el tema de la política.

La política municipal de Benivente llevaba años anclada en un furioso bipartidismo reflejo de la división entre derechas e izquierdas que, como ya hemos comentado, impacta en todas las áreas de la vida de Benivente. Sin embargo, en las pasadas elecciones municipales aparecieron dos nuevas fuerzas políticas que lograron variar el clásico y aburrido mapa electoral. Se trata de agrupaciones locales, sin un perfil ideológico excesivamente definido pero con una ligera tendencia más a la izquierda en un caso y más a la derecha en el otro.

Así, el nuevo ayuntamiento quedó conformado por 4 ediles del PSOE, 3 del PP y uno de cada uno de los nuevos partidos. El Alcalde elegido fue el cabeza de lista del PSOE, que tras cambiar de candidato pasó a gobernar en minoría después de unos cuantos años de mayoría absoluta. Pero tras sólo un año de ejercicio del poder los tres grupos de la oposición se unieron para realizar una moción de censura que llevó a la alcaldía al líder local del PP.

La moción de censura fue terriblemente polémica, provocó una escisión en uno de los nuevos partidos y una manifestación (al parecer no autorizada) en contra, así como una variedad de panfletillos anónimos lanzados con los agravantes de nocturnidad y cuadrilla y con una gama interesante de insultos, calumnias y difamaciones de todo tipo.

Lo mejor de esta nueva situación es que se ha producido un reavivamiento del interés por la política entre los ciudadanos de Benivente: los plenos municipales se llenan de público, varios de los partidos se han lanzado a publicar pequeñas gacetillas en las que explican sus decisiones y proyectos y los pormenores del trabajo de la coalición de gobierno están en boca de todos.

No sólo eso, el nuevo equipo municipal ha logrado llevar adelante algunos planes importantes como el polígono industrial, largamente esperado y una de las esperanzas del pueblo, o un proyecto con una docena de viviendas de protección oficial (nota: otro día discutimos sobre la liberalidad de estas medidas).

La moraleja de esta historia es, a mi modo de ver, como la implicación de los ciudadanos de a pié está provocando cambios sustanciales en pleno municipal y en su gestión, cambios que pueden tener un reflejo positivo en la vida de las personas. Y ya ha habido un cambio especialmente importante: la política ha pasado de ser un rollo a ser materia apasionante y uno puede, por fin, meterse en el ajo sin ser automáticamente clasificado como parte de una de las dos Españas que, desde siempre, dividen a Benivente.

No hay comentarios: