06 septiembre, 2004

Enseñanzas del horror

La terrible experiencia del secuestro y posterior masacre en la escuela rusa de Beslán debería de servir para que reflexionemos sobre varias cosas alrededor del nuevo terrorismo global y tampoco estaría mal, ya puestos, que sacásemos algunas conclusiones.

En primer lugar creo que nos da una tan escalofriante como precisa idea de la bajeza moral, la locura y la enorme cantidad de odio que anida en individuos dispuestos a asesinar a sangre fía a centenares de personas, muchas de ellas niños, sólo por que así se lo dicta su fanatizada perversidad, sólo porque esperan con ello obtener un determinado rédito político.

Tenemos que tener en cuenta, por tanto, que el enemigo es capaz de llegar a ese punto de horror, así que parece poco probable que el problema se pueda solucionar como si fuesen trabajadores de Sintel acampados en la Castellana. Dicho de otra forma: no es posible negociar con una pandilla de fanáticos como si fueran personas normales, no se pueden aplicar principios racionales al trato con seres totalmente irracionales, no podemos esperar de ellos que sean lo que no son: seres humanos

Además, y siguiendo con una polémica que ya tuvimos aquí no hace mucho, la presencia de 10 árabes en un comando de algo menos de treinta terroristas creo que puede arrojar algo de luz sobre si esta es o no una batalla global. Allí la excusa es Chechenia; aquí pueden ser Ceuta y Melilla, Irak, Afganistán o la vuelta de Al Andalus; en Francia el velo; y en Estados Unidos la guerra de Irak, Israel o el satánico capitalismo, pero no nos engañemos, se trata de excusas o pantallas que esconden el verdadero objetivo: la aniquilación de los infieles que ordena el Corán.

Y para terminar, el tratamiento informativo que se da a este tipo de horrores también merece una reflexión, pero a eso le dedicaremos un comentario aparte otro día.

No hay comentarios: