Mal está lo que mal acaba

Después de un montón de días de dar la tabarra nos hemos quedado sin Fórrum y el tinglado ha terminado con una guinda de la habitual e insulsa o a veces delirante materia tonti-roja que ha sido su decoración permanente.

El epílogo de tan magno acontecimiento destinado a cambiar la percepción que el mundo tiene de sí mismo ha sido una especie de party line entre inminentes sociatas que han ejercido los destinos del mundo en años pretéritos: Jospin (si, ese que logró que Le Pen disputase la segunda vuelta de unas presidenciales), Felipe González y Antonio Guterres. Con menos oropel pero mandando más compartían mesa también Pascualone I y Joan Clos, alcalde de Barcelona.

Acompañando a esta pléyade de socialistas y, por tanto, amigos de los desfavorecidos, uno de los personajes que tradicionalmente se identifica con las favelas de toda América Latina: Carlos Slim, empresario de inmensa fortuna y al parecer el hombre más rico del continente, vamos, un tío que sabe de pobreza. Y sobre la mesa, cómo no, el eterno cóctel de demandas de justicia social y descalificación de lo que se denominan “políticas liberales”.

Por supuesto, y dentro del ambiente de talante y variedad ideológica que ha presidido el evento en sus 141 días, ningún invitado que pudiese discrepar del pensamiento único rojiverde que ha caracterizado todos y cada uno de sus actos. El diálogo pues, no consiste en contraponer distintos puntos de vista para extraer conclusiones, sino en un autocomplaciente frote de chepas encantadas de haberse conocido.

En definitiva, un resumen perfecto de la fiestecita que se han montado Maragall y Clos a mayor gloria de si mismos y de lo que ellos entienden por cultura, que debería ser llamado doctrina. Un éxito tal que sólo ha tenido un 40 % menos de visitantes de los esperados, muchos de ellos niños que han ido con el cole, y también algunos presos a los que el concepto de libertad les fue tan bien inculcado que no pudieron hacerse el ánimo de volver al trullo.

Joder. ¡Si llega a ser un fracaso!