18 noviembre, 2004

Amigos de dictadores y asesinos

Las relaciones de la izquierda con las dictaduras han sido siempre esquizofrénicas, por decirlo de un modo suave. En España parte de la izquierda es abiertamente antidemocrática y amiga de distintas dictaduras de una forma que me sorprende por su descaro, me refiero obviamente a IU, que recibía subvenciones de la URSS hasta bien entrados los 80 y que aún hoy le da todo su apoyo y cariño a Fidel y el partido comunista cubano.

El gran (por tamaño) partido de la izquierda española desde la transición, el PSOE, no había destacado nunca por su fervor en la lucha frente a los abusos y los crímenes de Castro y sus esbirros, pero venía disimulando un poco más. Al menos era así hasta la llegada de esa pareja de desastres que ocupan actualmente la presidencia del gobierno y el ministerio de exteriores que, en su afán de rectificar todo lo hecho por el anterior gobierno sin preocuparse de que estuviese bien o mal, quieren ahora cambiar no sólo la política española respecto a Cuba sino la de toda la UE.

Así, mientras en Cuba la represión contra los que discrepan con el régimen o simplemente son homosexuales no decae, mientras el pueblo cubano sigue viviendo en la miseria y sus “líderes” se afanan en crear nuevos métodos de robarles lo poco que tienen como veíamos hace bien poco, la diplomacia española (que la mayor parte de los días no merece ser llamada ni una cosa ni la otra) plantea en una votación en la Eurocámara que se suavice la postura con el genocida caribeño y su régimen asesino.

Y son tan grandes su bajeza moral y su sectarismo que les ciegan hasta el punto de olvidar que en el capítulo uno del manual “Aprenda en dos tardes a hacer política exterior” ya viene muy clarito que una votación de este tipo no se plantea si no se tiene ganada, porque lo contrario es hacer el ridículo. Un ridículo bastante considerable si vemos que la propuesta no se rechaza por tres o cuatro votos, sino por una goleada considerable (376 a 281).

Por otro lado, más cerca de aquí y en lo que podríamos llamar un “estruendoso silencio” nos enteramos de una noticia que nos da claves válidas para entender todo lo anterior: el PP del Ayuntamiento de Leganés presentó el pasado día 9 una moción en la que se pedía al gobierno que defendiese los derechos de los ciudadanos cubanos, especialmente los que cada día son vejados y encarcelados por la dictadura comunista. En lugar de producirse el lógico consenso entre fuerzas políticas se supone que democráticas saltó una tal Carmen Valderrama, concejala de IU, oponiéndose a la moción… ¡¡¡al grito de viva Fidel!!! Y por si esto no fuera poco el señor alcalde (dicho sea lo de señor sin ánimo de ofender a nadie), José Luis Pérez Ráez, en lugar de expulsar a la fanática progenocida se une a ella con entusiasmo y rechaza la moción.

En fin, dos noticias tristes que reflejan lo sectaria, liberticida y poco democrática que es nuestra izquierda, la misma que además se permite el lujo de ir repartiendo certificados de “demócrata de toda la vida”.

Por cierto señor Pérez Ráez, si tuviera usted un poquito de decoro podría dimitir por esto ya que no lo hizo en su día por manipular el terrorismo o calificar de “gamberrada” la profanación de la tumba del GEO Francisco Javier Torronteras Gadea, vilmente asesinado por los terroristas a los que usted justificó en la famosa y vergonzosa manifestación del 5 de abril.

Me dan ustedes asco.

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