04 noviembre, 2004

La política a la contra

Creo que otra de las conclusiones que podemos sacar de las elecciones USA, bueno es obvio que mucha gente no querrá sacarla pero allá cada uno con lo suyo, es que la política a la contra, la política de negación y demonización del adversario, en suma, pedir el voto para desalojar de su cargo a alguien o a algún partido no es rentable en democracia.

Bush nos puede gustar más o menos, pero ha sido víctima de una gran campaña de desprestigio personal montada por sus “enemigos” y que en mi modesta opinión ha fagocitado de tal forma la estrategia demócrata que no ha dejado espacio para un programa político. Al menos esa es la sensación que he tenido desde aquí, si bien consultado un panorama bastante variadito de medios y bloggers.

Mientras que Bush exponía cuatro años de gestión discutible pero un proyecto de futuro bastante comprensible para el ciudadano medio (determinadas reformas económicas y, sobre todo, seguir dando caña al mono del terrorismo hasta que se rompa), Kerry ofrecía lo mismo pero distinto en política internacional, nada muy claro en economía y una serie de bandazos en los más variados temas.

Así le ha ido.

Se me dirá que en España la política a la contra del PSOE, anti-aznar, anti-pp, anti-usa y anti-todo les ha llevado a la Moncloa. Es cierto, pero sólo en parte: a pesar de la dureza de la campaña callejera contra la guerra – gritos de asesinos incluidos–, de la mayoría mediática y de la radicalización introducida dudo mucho que el PSOE hubiese ganado las elecciones de no haber mediado los bombazos, los de los trenes y los informativos.

(Nota para evitar las confusiones interesadas y las discusiones sin interés: que considere que la victoria del PSOE se produjo gracias a los atentados del 11M no quiere decir que piense que esta es ilegítima).

No hay comentarios: