16 diciembre, 2004

El Alto Comisio-herniado

Resulta que ayer, a mis 31 mal llevados años, descubrí mi verdadera vocación profesional. Después de unos 9 años de dar tumbos por el mercado laboral de acá para allá, de haber sido periodista y no periodista y de ser ahora más periodista que nunca gracias a esta página en la que ustedes tienen la amabilidad de entrar, pues después de todo eso me doy cuenta de que lo que yo quiero ser, aquello para lo que creo sinceramente que he nacido y donde puedo desarrollar íntegramente mi potencial es Alto Comisionado para algo.

Y es que ayer el Presidente Zetapé nos reveló, justo después de las declaraciones de las víctimas en la cuasi difunta Comisión del 11M, que se va a crear la figura del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, cuyas atribuciones no están muy definidas (vamos, no lo están en absoluto) pero que más o menos se encargará de “la coordinación de las diferentes administraciones en la atención a las víctimas”.

No se sabe qué dotación presupuestaria tendrá el cargo, ni si estará respaldado por una oficina de de una, dos o quinientas personas. En principio parece que no tendrá ninguna capacidad normativa, ejecutiva o legislativa, lo único que sabemos es que la persona elegida es el Rector de la Universidad Carlos III, Gregorio Peces Barba, que además ya ha aclarado que no dejará dicho rectorado, algo lógico ya que su nueva y flamante responsabilidad no lleva aparejada contraprestación económica.

El propio Comisio-herniado nos habla del nombramiento, que le fue ofrecido hace una semana pero que, casualidades de la vida, se anuncia ayer. Uno de los objetivos de tan alta instancia legal será, según las propias palabras de quien la ejercerá: “que las víctimas tengan cariño”. Vamos, que a partir de ahora hablaremos de Gregorio de Calcuta.

Así, atando unos y otros cabos podemos ver para qué servirá este cargo: para adornar la tarjeta de visita del señor Peces Barba. Bueno, también servirá y esto es un poco más lamentable para extender que hasta ahora, es decir con el gobierno del PP que parece ser que es el único pasado que existe, las víctimas del terrorismo estaban desatendidas.

Pero la cruda realidad que no pueden ocultar ni majones ni mojones es que el gobierno de José María Aznar fue el primero que de verdad se preocupó por las víctimas, reivindicó su dignidad y mostró a la sociedad española lo necesario que es homenajear a estas personas que han sufrido en sus propias carnes o en su más cercano entorno familiar la crueldad y la injusticia del terrorismo.

Ahora, los que se mantienen en los gobiernos de España y Cataluña apoyados por los asistentes a curiosas reuniones en Perpiñán y Estella se sacan de la manga este no-cargo que no servirá para nada pero que queda precioso en los titulares. Una muestra más de este gobierno quincallero que hace mucho ruido pero que no nos da ni una puta nuez, con perdón.

El próximo altísimo comisionado para mí, señor Presidente, que soy un hacha en no hacer nada. Eso sí, con un sueldecito si no es mucho pedir.

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