Feliz 2004+1 (y que Dios nos pille confesados)

Ya estamos casi todos aquí y resulta que mientras pasábamos las vacaciones se nos ha muerto el pobre 2004 (lógico, no hay quien aguante tantos disgustos seguidos y además el pobre ya tenía una edad) y nos ha llegado su hijo putativo el 2004+1 (no me van a pillar no) que viene con un Plan debajo del brazo y que parece que va a ser, como su antecesor, pródigo en desazones, peligros y entuertos varios.

Sinceramente, no me espero demasiadas buenas sorpresas de este año que comienza, pero aun así les deseo a todos los que estas páginas leen que sean 365 días de felicidad y prosperidad y, muy especialmente, que sean menos desgraciados que los pasados.

Aquí estaremos para contárselo.