20 enero, 2005

Toma tsunami, asqueroso capitalista

Yo que ya tenía bastante claro que el tsunami lo habían provocado en sorprendente coyunda Estados Unidos y Alá (los unos por pecadores y cabrones y el otro por castigar a los infieles y a los malos muslimes y, si me apuran, también por un poco cabrón) resulta que me dicen hoy en un sesudo artículo de El Mundo (necesita registro gratuito) que la culpa la tiene una tal Gaia, que para ser la madre tierra se gasta una mala uva que no veo yo muy claro su instinto maternal: mi madre cuando estaba enfadadísima conmigo (pero mucho, mucho) todo lo más que hacía era mostrarme su destreza en el manejo de la zapatilla, no me ahogaba en la bañera.

A lo que íbamos, Vandana Shiva, escritora india y militante internacional en campañas por los derechos de la mujer y por el medioambiente según leo al pie del engendro que firma, piensa que del maremoto debemos extraer algunas consecuencias, la primera de ellas:

“…se refiere al desarrollo en las regiones costeras. A lo largo de los últimos años de globalización dirigida por el libre mercado, el respeto a la vulnerabilidad de los ecosistemas costeros ha sido sacrificado en aras de la construcción de hoteles, de criaderos de camarones a escala industrial y de refinerías.
Los manglares y los arrecifes de coral han sido implacablemente destruidos, quitándose así las barreras protectoras naturales contra tormentas, ciclones, huracanes y maremotos.”


No puedo juzgar si esto es más o menos cierto, pero siguiendo el hilo del artículo se entiende que el principal culpable de la destrucción del tsunami ha sido el exceso de cría de camarones en las zonas afectadas, lo cual no deja de sorprenderme. Por supuesto, se habla de normas que se incumplen y gobiernos corruptos por las temibles multinacionales, supongo que por contraste con el escrupuloso respeto a la ecología en aquellos regímenes a los que las multinacionales no pueden corromper como el chino. Tampoco se dice nada de qué hacemos con las regiones costeras si no las dejamos desarrollarse, me imagino que dejaremos que se mueran de hambre y que se jodan.

La segunda conclusión es todavía mejor:

“…un mundo organizado en torno a los mercados y al lucro, que olvida a la naturaleza y la gente, está mal pertrechado para hacer frente a tales desastres”.

Es cierto, el mundo que está bien pertrechado para hacer frente a los desastres es el del tam tam y la tribu. El artículo continúa aprovechando que el tsunami pasa por las Maldivas para soltar el consabido rollete sobre el cambio climático y sus consecuencias, o sobre la posibilidad de un desastre provocado por otra agresión a la Sra. Gaia como la construcción de una presa. Los párrafos al respecto no tienen desperdicio:

“…El agua de la presa será recogida a cientos de millas de Nueva Delhi para ser privatizada por Suez, la mayor empresa mundial de venta de agua.

La represa Tehri, de más de 260 metros de altura, acumulará 3.022.000 metros cúbicos de agua y su embalse se extenderá por 45 kilómetros en el valle de Bhagirathi y por más de 25 kilómetros en el Bhilangana. Si el dique se rompiera a causa de un terremoto, en menos de una hora y media un muro de agua de 260 metros de agua -20 veces más alto que el tsunami- se abatirá sobre las ciudades santas de Rishikesh y Haridwar y las borrará del mapa. Asimismo, en ocho horas, una pared de agua de 10 metros de altura golpeará a Meerut, 214 kilómetros más abajo y en 12 horas una ola de ocho metros chocará contra Bulanshahar, 286 kilómetros río abajo”.

Nótese como se elige como ejemplo una presa en la India y no las que se construyen en China, que son mucho mayores y, sobre todo, no se pierdan el uso de los tiempos verbales, pasando del condicional (Si el dique se rompiera) al futuro ¿perfecto? De se abatirá, las borrará, golpeará y chocará. Y por supuesto, antes que nada el anatema demonizador: para ser privatizada.

A partir de ahí ya todo es un lanzarse a tumba abierta hacia el estatalismo más grosero, falaz y lamentable:

“Si todos los alimentos y el agua son reducidos a la categoría de materias primas controladas y son comerciadas libremente por las corporaciones globales para su propio beneficio ¿cómo hará la sociedad para alimentar a los hambrientos y dar agua a los sedientos?

Para contrarrestar la vulnerabilidad que padecen millones de personas son necesarios fuertes sistemas públicos para suministrar comida y agua, asistencia médica y medicamentos.”


Si, buena idea, alimentemos a los hambrientos y demos de beber a los sedientos a través de fuertes sistemas públicos, es un sistema que funciona de cojones (con perdón) en esas jaujas terrenas que son Cuba o Corea del Norte.

Y ya para terminar y como traca final el enfrentamiento entre dos sistemas, que en el fondo es lo que nos mola:

“En el maremoto no fueron sólo las olas del mar las que chocaron con la costa. También chocaron dos modos de ver al mundo, el de los libres mercados y la globalización empresarial y el que propugna por una democracia planetaria.

El primero, nos deja inoperantes y desvalidos para enfrentar los desastres ambientales a los que ha contribuido, mientras que para el segundo, la gente a lo largo y ancho del mundo constituye una sola humanidad capaz de reconstruir sus vidas y de prepararse para un futuro incierto al vivir con plena conciencia de nuestras vulnerabilidad ambientales”.


Ya saben ustedes que los libres mercados y la globalización son antónimos de democracia como lo demuestras las “experiencias democráticas” de los paraísos antes citados y otros como Vietnam, la Etiopía de Megistu, China… países todos que han destacado en la respuesta a este desastre, no como esos inoperantes cabrones capitalistas de Estados Unidos, Japón o Europa…

¿Pero cómo coño publicas esta bazofia Pedro J.?

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