Con un café basta, se lo juro

Aunque les cueste creerlo con un café con leche me ha bastado para acercarme esta mañana al colegio electoral, verme saludablemente libre de mis obligaciones en la mesa que al final no han sido tales y, un poquito más tarde, depositar en la urna un superNO de supereuropeo, parafraseando a ese gran estadista luz y guía de la alianza de civilizaciones.

Así que puedo desmentir con rotundidad que sea necesaria la ingesta de Referéndum Plus para superar esa apatía que parece atenazar a los jóvenes cuando no se trata de consumir porros y manifestarse en contra de los fascistas o de Estados Unidos (vale la redundancia en sus imberbes mentes), según puedo entender yo de la hábil e inteligente campaña puesta en marcha por el Consejo de la Juventud y rematada a gol por toda la escuadra, aunque en propia puerta, por nuestro Ministro de Exteriores favorito.

En esta página que ustedes tienen la amabilidad de leer vamos a intentar hacer un seguimiento de la jornada, analizando los diferentes datos que vayan surgiendo, especialmente los referidos a la participación y tratando de reflexionar sobre las declaraciones que los distintos responsables políticos nos ofrezcan, que creo que puede ser lo más divertido del día.

Mi impresión personal es que la noticia, no por más esperada menos destacable, va a ser la bajísima participación. La oposición ha puesto el listón del fracaso por debajo del 40 %, mientras que el gobierno ha situado el del éxito por encima del 30 %. Hay margen, por tanto, para que todos se vayan contentos a casa pero creo que dada la apatía generalizada que he encontrado en los días previos y la escasa cantidad de latas de Referéndum Pus repartidas no sería descabellado pensar en una cifra alrededor del 25 %.

En cuanto al resultado de la consulta, con una participación tan baja no sería descartable una sorpresita, pero creo que la ausencia de un debate serio y la presión político-mediática a favor del SI serán difícil de batir. En cualquier caso, una pantomima consultiva con una participación tan pobre que poco o nada querrá decir.