11 febrero, 2005

Lo que nos faltaba: la SER imitando al Progres

En la hecatombe mediática que nos rodea pensábamos que ya lo habíamos visto prácticamente todo: censura, estatutos franquistas, mentiras a gogó, pero lo que no sospechábamos es lo que podríamos denominar “la rebelión de los parodiados”, que es algo así como si la Pantoja empezase a imitar a Carlos Latre.

Me refiero, por supuesto, a la abrumadora, brutal y despampanante exclusiva que ayer lanzó la Cadena SER a los cuatro vientos para solaz y carcajada del público en general y que era algo así como (cito de memoria) que el concuñado del primo de la abuela de la mujer de Zaplana, no, que la suegra de la madre de un vecino de Acebes, no, esperen, que un primo segundo de la sobrina de una suegra de la abuela del peluquero de Aznar, no tampoco es eso… pues bueno, que alguien que es familia lejanísima de alguien tiene un restaurante (o algo) en algún sitio.

A mí me parece que hay que poner coto a estos despropósitos lo antes posible, porque si hay dos cosas que me resultan intolerables son la competencia desleal y el intrusismo, y hasta que se demuestre lo contrario los encargados de la noticia guasona y el esperpento somos los bloggeros. En este caso el material en cuestión debería haber sido tratado, por ejemplo, por el muy recomendable y divertido Progres.

Ya nos cuesta seguir el ritmo de las genialidades de maestros del humor como Moratinos, Calvo y Trujillo como para que encima los de los medios “serios” nos vayan comiendo el terreno. Un poquito de por favor, señores, y hagan el favor de dedicarse al suicida multicalzón y los pronósticos presidenciales que son lo suyo.

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