14 marzo, 2005

Ya sólo quedan tres (esperemos)

Hace ya unos cuantos meses (¿tantos?) escribí un articulito sobre los 100 primeros días de ZP en el poder. Lamentablemente, pienso que gran parte de lo que dije entonces sigue siendo válido ahora, a pesar del tiempo pasado y de que, eso sí, cada día la cosa va a peor.

En aquel escrito señalaba que lo que más me llamaba la atención era la falta de un programa real de gobierno del PSOE, de un proyecto político serio que tuviese visos de convertirse en realidades a través de su correspondiente acción legislativa. Hoy, cuando “celebramos” el primer aniversario de su infausta victoria electoral vemos que, efectivamente, ni había programa ni ha habido leyes.

Viernes tras viernes hemos asistido a una sucesión de Consejos de Ministros en los que se destituían algunos altos cargos nombrados por el PP, se lanzaban un par de globos sonda y, todo lo más, se preparaban paquetes de medidas envueltos en un abundante aparato mediático pero consistentes en diversos tipos de humo, la mayor parte de los cuales no aptos para el consumo humano.

En este año el gobierno se ha dedicado a legislar en contra de la violencia doméstica (propósito loable llevado a cabo de forma discutible), a darle vueltas al tema del matrimonio gay (que creo que es algo que preocupa a un porcentaje tan respetable como minoritario de la población) y a salir por piernas de Irak y golpear cada vez que ha sido posible la espinilla de Bush.

Y en el tiempo libre que nos ha dejado tan frenética actividad legislativa no se ha hecho nada en campos como la vivienda, las infraestructuras (aquí sí que se ha hecho algo: paralizar planes y hundir barrios), la política económica (con unos Presupuestos Generales con el petróleo a 33 $, es decir, para mearse de risa), la educación (bueno, aquí también se ha actuado, hemos vuelto a la antigua y dramáticamente dañina LOGSE)…

Capítulo aparte merece el desbarajuste del modelo de estado: estoy convencido de que el porcentaje de españoles que señalaba entre sus prioridades la superación de la Constitución del 78 es ridículo, pero no sólo se ha planteado esto como la tarea más importante (amén de patear la espinilla de Bush, claro) sino que se ha aborda la reforma sin tener una idea clara de hacia donde queremos dirigirnos y dejándonos en manos de personajes tan “interesados” por el bien de España como Carod Rovira o Maragall. Para correr y no parar…

Así que con todo esto creo que el mejor balance que es honrado hacer del primer año de gobierno de Zapatero es que ya queda uno menos, así que podemos ser moderadamente optimistas y pensar que sólo nos faltan tres, claro que también podemos ser relativamente realistas y calcular que nos quedan siete o descaradamente pesimistas y temer que sea cosa de 20.

Por ahora prefiero decantarme por el optimismo, aunque si quieren que les diga la verdad no estoy muy convencido.

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