13 abril, 2005

Viviendas basura

La Ministra de la Solución Habitacional ha parido su última genial idea por ahora: hacer micropisos para que salgan más baratos y así que todo el mundo pueda tener acceso a una vivienda “digna”, pues la dignidad no se mide en metros cuadrados, según la señá ministra.

A mí, a parte de que esto es inventar el huevo frito (hasta mi abuela es tan experta en urbanismo que sabe que cuanto más pequeña es una casa menos dinero cuesta), me llama poderosamente la atención el revuelo que se ha montado y lo sorprendidos que estamos todos de que los socialistas, después de llenarse la boca con la burbuja inmobiliaria, el precio de los pisos y el derecho a la vivienda digna nos salga con las soluciones habitacionales tamaño micro.

Pues señores, sorpresa la justa y novedad ninguna.

Cuando yo estaba en el instituto (lo que ha llovido desde entonces) el problema acuciante de los jóvenes era el acceso al mercado de trabajo, recuerdo que por entonces no se podía trabajar ni de teleoperador, era la época de los tres millones de parados. Gobernaba (por llamarlo de alguna manera) el país un señor llamado González, conocido también como Pte. Glez y, en los malévolos y conspirativos ámbitos de cierta prensa canallesca, señor X. Casualmente, y es que la vida está llena de coincidencias, el señor X o Pte. Glez o Presidente González era de un partido llamado PSOE, no sé si les suena.

A Glez y sus conmilitones del Socialismo Obrero se les ocurrió una brillante idea para solucionar aquel problema que fue crear una especie de categoría de subtrabajadores a través de lo que se dio en llamar entonces contratos basura, que no recuerdo demasiado bien en que consistían pero que, básicamente, privaban al trabajador contratado de buena parte de los derechos de cualquier otro currante y, por supuesto, cobrando una mierda. Lo peor de aquello fue que tampoco sirvió para nada, porque las cosas no funcionan así y un empresario no contrata subtrabajadores si las cosas no van bien, por muy baratos que le salgan.

Ahora, los orgullosos sucesores políticos de Glez y sus secuaces no tienen que luchar contra un paro galopante como el que ellos mismos crearon tiempo atrás, porque durante los gobiernos de Aznar se creo más empleo que nunca en este país; el problema que ellos tienen que afrontar es muy distinto, se trata de los precios de la vivienda, pero ellos han pensado en una solución en la misma línea: si entonces fueron contratos basura ahora serán viviendas basura, como antes fue lucha contra ETA basura y después alianza con civilizaciones basura.

Soluciones de Perogrullo y política basura, si es que no dan para más.

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