14 septiembre, 2005

No solo hay negociación, además la hacen fatal

Escucho una escalofriante noticia en la Cadena COPE según la cual el gobierno ya tiene pactado con su homólogo vasco un calendario que incluye no sólo el traslado de presos de ETA a las cárceles vascas sino también la excarcelación masiva de éstos en el tercer trimestre del año que viene, con “veranidad y alevosía” podríamos decir.

Según la información de la COPE a cambio de todos estos movimientos, que también incluyen la transferencia de las competencias sobre prisiones al ejecutivo vasco, el gobierno espera obtener no la disolución formal de la banda con entrega de las armas sino una "tregua definitiva", que si lo piensan es una contradicción en los términos bastante reveladora.

A mí estas cosas me llegan al alma y no sé muy bien qué pensar: si atribuir tamaña catarata de errores a una infinita torpeza política y una notable mansedumbre moral; o adjudicar la culpa a una ignominia ética sin precedentes en la historia de la democracia en la que se está dispuesto a lo que sea para ganar unas elecciones.

Porque del mismo modo tampoco acabo de ver qué es peor: la rendición innoble de todo un estado democrático a las pistolas de los asesinos y las palmaditas en la espalda de sus amigos; o la forma extremadamente pobre de llevar una negociación en la que se da todo por nada, porque una vez que los presos estén en su casa o en los parkings poniendo bombas lapa… ¿qué se les puede ofrecer para que disuelvan la banda y entreguen las armas de una maldita vez? ¿Independencia? ¿Territorialidad? ¿Todo envuelto en un lazo?

Pero eso será después de las elecciones y entonces ya veremos, todo será encontrar la forma de que entre Milá y Telepolanco nos convenzan de que la culpa es de Aznar.

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