14 marzo, 2008

IU, razones para un desastre

Sintiéndolo mucho, voy a darles un poco más la tabarra con mis análisis electorales, quieran que no (o habría que decir afortunadamente) solo hay generales cada cuatro años y, tras lo ocurrido este domingo, hay cosas que pensar y contar. Como avisados están, el que siga leyendo ya sabe a qué atenerse.

Hoy vamos a dedicar unas líneas al que ha sido, sin duda, uno de los grandes fracasos de estas elecciones: el cosechado por el camarada Llamazares y sus pupilos de IU, que han apuntalado su línea descendente desde el año 2000. Una línea que en esta ocasión prácticamente los ha sacado del parlamento: así, de los 21 escaños que llegó a tener en los tiempos de Julio Anguita, ha pasado ahora a dos tristes y solitarios diputados.

Los lectores habituales de este humilde blog saben ya de mi escaso apego por la figura y la obra política del hasta ahora coordinador de la coalición, pero creo que ahora los hechos y los datos me dan la razón (si es que no me la habían dado antes).

Por supuesto, la ley electoral es injusta con Izquierda Unida, como lo ha sido con UPyD, pero también lo era con la de Julio Anguita, y entonces tenían diez veces más diputados, así que alguna culpa tendrá Llamazares por mucho que presenten denuncias estrambóticas. Tanto es así que él mismo lo asumió y la misma noche electoral anunció su despedida.

Por cierto, que pocas veces he visto que se haga algo pronto y tarde a la vez: pronto por que era la misma noche electoral, tarde porque no era la del año 2004.

¿A qué se debe este fracaso? La principal razón es que PSOE ha logrado desplazar su electorado claramente a la izquierda en estas elecciones, y ha sido a costa de la propia IU y también de ERC. Lo ha hecho básicamente de dos formas: con una política claramente izquierdista, especialmente de gestos (ofensas aquí y allá) y medidas presuntamente sociales; y con la agitación continua del espantajo de la derecha extrema, agitación en la que ha colaborado con inusitado entusiasmo el camarada Gaspar, siempre dispuesto a ser más radical en la descalificación del PP que Zapatero sin caer en la cuenta de que con ello no hacía sino una llamada al "voto útil" mucho más eficaz que las que pudiera hacer el propio PSOE.

Por otro lado, tampoco podemos olvidar que a estas alturas del siglo XXI es difícil ser una coalición cuyo principal partido sigue siendo el PCE: ¿Con qué cara te presentas al electorado siendo comunista? ¿Qué propuestas puedes hacer que no causen miedo en los votantes o, lo que es peor, risa? Efectivamente, IU no ha sabido construir un discurso alternativo a la izquierda clásica y se ha limitado a incorporar a su cóctel rojo algunas tonalidades verdes no muy convincentes y otras rosas que todavía funcionan peor.

Por si fuera poco, y en esa absurda carrera por ser más PSOE que el propio PSOE, también ha perdido la oportunidad de diferenciarse con un mensaje más nítidamente nacional y español: defender la igualdad entre los trabajadores de unas comunidades autónomas y otras podría haber sido un punto de fuerza y de credibilidad en la boca de personajes como Rosa Aguilar, pero claro, es difícil que haga eso el partido de Madrazo, uno de los títeres más patéticos del nacionalismo.

¿Qué camino queda entonces para las huestes "izquierdaunitas"? Creo que en lo ideológico y doctrinal no lo saben ni ellos, pero en lo práctico veo dos posibilidades: que acaben dentro del PSOE ya sea la OPA hostil o amistosa; o que se den cuenta de una vez que la única forma que tienen de sobrevivir es arrancarle a mordiscos a los socialistas el espacio electoral que éstos vienen "robándoles" en los últimos años y dejen de hacer oposición a la oposición.

Lamentablemente (o no) si me obligan a apostar me decanto por lo primero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La gran pifia de Iu ha sido estar a favor del canon digital dejando huerfanos a un electorado de izquierdas que se opone.