30 marzo, 2008

Sobre Fitna y la censura

La experiencia alrededor de esta pequeña (en duración) película está siendo más enriquecedora que su propio contenido y también bastante más preocupante, al menos desde mi punto de vista como ciudadano europeo y, obviamente, no musulmán. El viernes tuve la oportunidad de ver Fitna y de colgarla aquí, poco después había sido retirada del portal que la albergaba porque han recibido serias amenazas a sus trabajadores.

Aquí tienen la explicación de los responsables de la página, colocada en lugar del vídeo original:



Creo que los que la hayan visto (pueden seguir haciéndolo en mi post anterior) estarán de acuerdo en que la película es polémica, incluso argumentalmente agresiva, es más, en ciertos momentos podría llegar a calificarse de "amarilla" o, si quieren, algo manipuladora (la contraposición de ciertas imágenes y ciertos hechos como si unos fueran consecuencia directa de las anteriores es un recurso cuanto menos cuestionable).

Por otra parte, seguramente habría resultado más "políticamente correcta" (y más acertada, todo hay que decirlo) si hubiese utilizado el término "islamismo" en lugar de "islam". Eso, entre otras cosas, es lo que ha hecho que la critiquen algunas personas buenas conocedoras del tema como Gustavo de Arístegui, que un acto organizado este mismo domingo por ASEI la ha calificado de "libelo" y la ha identificado como una fuente de serios problemas.

Como ya dije, no todo el islam es como lo que sale retratado en Fitna, pero sigo pensando que tampoco hay que olvidar el silencio que atentado tras atentado y barbaridad tras barbaridad han guardado los moderados, presunta mayoría amplia en todos los países musulmanes y cuyas voces no oímos cuando las de los radicales toman las calles por razones tan "objetivas" como las famosas caricaturas.

No obstante, y volviendo al tema, en la película no se insulta, no se falta al respeto, nadie se caga en Alá o cocina un Mahoma al horno (como hizo algún simpático por aquí con Jesucristo), es más, en la mayor parte de su metraje no se utilizan otras palabras que las del propio Corán, las de algunos imanes fanáticos y las terribles de las víctimas. Lo único gratuitamente ofensivo es el uso de una caricatura que ya conocíamos y que ya tiene otros significados (y que, por cierto, no ha gustado nada al propio dibujante).

Así que a lo que estamos asistiendo es a una burda, cruda y directa censura, vestida de una supuesta tolerancia y del respeto a una religión que, en parte y en algunas ocasiones como las que se nos muestra en el vídeo, practica con los demás algo muy distinto a la tolerancia.

Porque, esté más o menos acertado, tenga o no la razón de su parte, Geert Wilders tiene todo el derecho del mundo a, pagándola de su bolsillo, hacer la película que le venga en gana, exponerla allí donde despierte interés o se lo permitan y, después, recibir las críticas que cada uno, dentro de un debate civilizado, quiera hacerle.

Lo mejor de Fitna, lo peor si quieren, es descubrir que nuestro miedo a los fanáticos es tal que ni siquiera nos atrevemos a debatir, que el no provocarles ya hace que muchas opiniones (más o menos razonables, esa no es la cuestión) ya no tengan su espacio en la plaza pública, que a partir de ahora es controlada por las amenazas de los rádicales.

Siguiendo este camino, ¿qué otras cosas dejaremos de discutir a medio plazo? ¿Las burkas? ¿Las ablaciones de clítoris? ¿Los ahorcamientos de homosexuales?

Particularmente, me temo lo peor.

2 comentarios:

Juan Fernando dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Carlos Arrikitown dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=vaQJocuO3JY&feature=related