Aunque ya sabíamos que esto iba a pasar no podemos dejar de denunciar la patética pantomima con la que los partidos han vuelto a cornear hoy uno de los principios básicos de la democracia: la división de poderes.
Ya nos hemos acostumbrado a esto y a tantas otras cosas (y a lo que nos acostumbraremos...) pero no por ello deja de ser una golfería de primera que los partidos se repartan el poder judicial como quien cambia cromos. Los resultados son varios: en primer lugar que ninguno de los 20 miembros del órgano de gobierno de los jueces es parte del mayor colectivo de la profesión, aquellos que no se han afiliado a cualquiera de las asociaciones; en segundo que la tercera de estas asociaciones, muy minoritaria dentro de la carrera, tiene casi tantos representantes como la primera.
Pero lo peor de todo, creo yo, es la imagen de cambalache, de permanente y fatal intromisión, si la justicia es uno de los ámbitos más desprestigiados entre los ciudadanos, que bien saben de su habitual arbitrariedad, del corporativismo feroz que arrasa sus filas y de su funcionamiento absolutamente catastrófico, estas cosas contribuyen como pocas a que ese prestigio se siga hundiendo.
¿Culpables? Muchos: el PSOE y su afán insaciable de controlar todos los resortes de poder, el PP con su falta de coraje para democratizar de verdad la vida política o su aspiración de heredar el chiringuito esté en el estado que esté; y también los propios jueces, que siempre han sido brutalmente corporativistas a la hora de defender a impresentables como el juez Tirado o el propio Garzón, pero que lleva 25 años que les mangoneen con sucesivas leyes manifiestamente anticonstitucionales sin que nadie tenga la osadía de denunciar las componendas.
En resumen, una muestra más de lo que entienden nuestros partidos por el sacrosanto "consenso": que en el intercambio de cromos todos acaben teniendo los suficientes para llenar el álbum.
08 septiembre, 2008
La democracia según los grandes partidos: esta pa ti, esta pa mí
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1 comentario:
Bien traído el tema, Carmelo. Y bien tocado. Es lamentable, desesperante, comprobar cómo nuestros políticos se regocijan en las pestilencias de la mortaja de Rousseau. Separación de poderes? Independencia del Poder Judial? En un estado pseudototalitario como el nuestro eso no son más que pamplinas cursis y efectistas. Lo que cuenta es el poder, nunca la democracia, nunca los ciudadanos.
... y luego hay quien viene llenándose la boca con "el imperio de la ley" y tal... me río yo de la ley.
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