He de decir que me parece francamente injusto (y un poco maleducado) esto de publicar encuestas en mitad del periodo vacacional, fastidiando el descanso y la relajación a las huestes populares que, a la vista de lo que ayer aparecía en El Mundo, La Vanguardia y Público deben haberse quedado con el mazapán y los turrones hechos una bola imposible de tragar.
Es verdad que las encuestas tienen un valor relativo, y más si como en estos casos la muestra no pasa de las mil entrevistas telefónicas, pero en esta ocasión hay varias razones para que de todo lo publicado ayer se extraigan algunas consecuencias.
Lo primero es la coincidencia y cercanía de los datos en tres medios cuya orientación es, al menos en teoría, muy diferente: los tres ponen por delante al PSOE con una ventaja de dos o tres puntos sobre el PP.
Lo segundo, y mucho más significativo, que en todos los casos se revela un cambio de tendencia respecto a los anteriores sondeos publicados en los mismos medios y realizados por las mismas empresas. Si bien las encuestas son relativamente fiables para prever la intención de voto concreta de unas elecciones, sí resultan un indicador muy interesante de los movimientos en la opinión pública, especialmente cuando hay posibilidades de comparación entre sondeos similares realizados por una determinada empresa con un mismo método.
Así, en este caso tanto El Mundo como Público habían puesto a los populares ligeramente por delante del PSOE y ahora lo ponen tres y dos puntos y medio por detrás, respectivamente. Por otro lado, todos coinciden en señalar el crecimiento espectacular de UPyD, al parecer en su mayor parte a costa de votantes que en marzo optaron por el PP.
Tengo dicho ya en alguna de mis discusiones de barra de bar que un gobierno socialista no paga rédito electoral alguno por una crisis económica (de hecho, no pagan prácticamente por nada, da igual lo que mientan y lo mal que lo hagan). Así fue en el 93, con un batacazo importante y el paro disparado, y en el 96, cuando las cosas distaban mucho de haberse arreglado (en ambos casos lo que afectó al PSOE no fue la crisis sino la corrupción galopante y el crimen de estado, amén de la propia descomposición del felipismo).
Me da la impresión de que ahora pasará lo mismo: la gente culpa de la crisis al gobierno pero no confía en la oposición para arreglarla sino... en el propio gobierno, que además lleva varios meses manejando la propaganda con la sibilina habilidad que caracteriza a los Pepiño's boys.
Y el PP, que lo había fiado todo a la crisis, ha dejado de luchar otras batallas y, encima, se ha encontrado con que la crisis es de tal calibre (y ellos son tan flojos) que hasta en eso tienen que ser el "partido pa ayudar". Y ahí están, tragando los carros de las ayudas a los bancos, las carretas del dinero para los ayuntamientos de ANV e incluso las ruedas de molino del aguinaldo a los banqueros.
Así les va y así les irá.
Y encima, la canallesca y sus encuestas que no les dejan tomarse el turrón tranquilos.
03 enero, 2009
¡Malditas encuestas!
Posted by Unknown at 9:17 p. m. Menéame
Labels: elecciones, política, PP, PSOE
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2 comentarios:
Es realmente curioso y algo triste lo débil de nuestra joven democracia... y cómo en apenas una mañana de marzo de 2004 unas cuantas personas con acciones bien estudiadas cambiaron la historia de nuestro país, sabiendo que se librarían de todo y que si lograban que existiera una victoria del PSOE tres días después, entonces las cosas nos irían de nuevo muy mal y durante mucho tiempo, porque el PSOE no iba a dejar escapar el poder por segunda vez como les ocurrió en 1996 (son horribles gestores pero excelentes goebbelianos). Qué lástima. A España siempre le pasa lo mismo. Nos estrellamos una y otra vez en la historia.
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