Si este santo país nuestro sigue en la champions de algo es de la pandereta y la astracanada, aquí todo es posible y no hay semana en el que no nos sorprenda una noticia de esas que resulta poco menos que imposible de creer.
Eso por no hablar de las cogitaciones ministeriales, que nos parecerían inauditas (e imperdonables) en un profesor de primaria, por poner un ejemplo, y las dice una ministra y sigue por ahí sin que se le caiga la cara de vergüenza.
La última de las noticias despiporrantes que hemos visto ha sido la del espectáculo socio-cultural en una cárcel valenciana que ha consistido en el despelote, supongo que muy artístico, de una valiente señorita que responde por Daniela, que hasta de eso nos hemos enterado.
Yo no sé en qué cabeza cabe que una mujer desnudándose es el espectáculo adecuado para un lugar en el que están encerrados varios centenares de hombres, muchos de ellos jóvenes, y que es de suponer que llevan tiempo sin conocer hembra, en el sentido bíblico de la expresión, pero en este casó entró en la del director de una prisión.
Ojo, no es que esté yo en contra del desnudo o de la industria del erotismo o de las mujeres, uno es liberal también para eso, pero las cosas tienen lugares adecuados para celebrarse, y la cárcel no es el sitio del despelote como no lo sería un colegio (y ya puestos tampoco me extrañaría tanto que a algún lumbrera se le ocurriera eso) o como un hospital no es el marco más incomparable para emitir House, por poner el primer ejemplo que se me ocurre.
Pero estamos en un país en el que la razón más obvia puede ser despreciada y la lógica es una cosa fachorra y cavernícola, propia de derechosos y de obispos; y lo que mola es la creatividad y el pensamiento alternativo (que al final es más lo segundo que lo primero).
Lo más curioso del tema es que con lo meapilas que son las izquierdas que nos ha tocado sufrir con el cuerpo de la mujer y con el deseo del hombre (si no es por otro hombre, claro) se celebre este megaritual onanista que no cuadra dentro de los pacatos márgenes en los que se mueve la dignidad de las féminas según la neoreligión del progreso y el buen rollo.
Supongo, eso sí, que mi querida Bibiana pondrá remedio a esta flagrante injusticia y estará a punto de activar los resortes de su ministerio transversal para que, a partir de hoy, todos los espectáculos de desnudo en la carcel sean paritarios.
Total, a puestos a ver cosas esperpénticas imaginen lo bien que se lo pasarán los presos viendo a un maromo moviendo el badajo y, sobre todo, siendo conscientes de que con ello avanzan hacia la definitiva igualdad entre los sexos.
Bibiana, ya tenemos Daniela, ahora nos hace falta un Daniel.
15 enero, 2009
¡Paridad para el despelote carcelario ya!
Posted by Unknown at 10:35 p. m. Menéame
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2 comentarios:
Si hubiera más espectáculos de ese tipo en la cárcel habría menos violaciones.
Libertymad supongo que refieres a violaciones dentro de las cárceles, ¿ no ?
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