Las sesiones de control al Gobierno de los miércoles, sibilinamente cambiadas de horario por Bono para que tuviesen menos impacto informativo, siguen siendo a pesar de los manejos del presidente de la Cámara uno de los momentos de la semana en la que más ojos se giran hacía sus señorías.
El resultado es, por elegir un término suave, desalentador.
Ya los primeros espadas suelen lucir una capacidad verbal limitada, aunque más limitados son su visión política y su respeto por los votantes; y la combinación de los tres factores da como resultado unos enfrentamientos parlamentarios francamente mediocres: pobres juegos de palabras, respuestas que no responden a nada, preguntas hechas para sacar un mísero titular...
En no pocos casos todas estas virtudes se adornan con una chulería que para sí la quisiera Luis Miguel Dominguín y que, desde luego, parece más propia del ruedo taurino que del hemiciclo parlamentario: no hay ministro o ministra que no responda a la oposición con poco más que un gesto desabrido y unas cuantas palabras pronunciadas con tono de profundo desprecio.
Pero si los cabezas de fila dan poco de sí, en cuanto la ocasión de preguntar llega a algún oscuro parlamentario de segunda fila el espectáculo es directamente deplorable y el sentimiento de "a este tipo/a le tengo que pagar yo el sueldazo que cobra por hacer eso" hace que le asomen lágrimas a los ojos hasta al mismísimo Pensador, y eso que es de bronce.
La cosa es especialmente sangrante en el caso de los diputados socialistas, no sé si por su propia incapacidad o por tener que hacer preguntas tipo "¿puede explicarnos el señor ministro lo maravilloso que es su trabajo en tal campo y los numerosos avances que han dado en tal otro gracias a su benéfica y peculiarmente acertada gestión?". Las parrafadas introductorio laudatorias son tan largas y tienen tan poco decoro que en no pocas ocasiones el diputado o la diputada en cuestión, presos de lo que podríamos llamar un "éxtasis de peloteo", acaba con su tiempo sin poder siquiera hacer la pregunta en sí, alcanzando un grado de patetismo digo de las imitaciones de Muchachada Nui.
Tal fue el caso ayer de Elvira Cortajarena Iturrioz, por poner un ejemplo especialmente sangrante. Elvira se puso en pie y empezó a hablar pero se la veía más preocupada por aparecer en postura estilosa que por su discurso, con el resultado final de que el discurso daba vergüenza ajena y encima el estilo parecía más propio de los arrabales que de las pasarelas.
Sólo hay 350 diputados y uno piensa que aunque no se trate de 350 superdotados sí deberían tener un mínimo de pulcritud intelectual que haga que, al menos, no nos avergoncemos de ellos. Al fin y al cabo también cobran unos sueldos que puede que no sean de escándalo, pero que tampoco es tan fácil alcanzar en el mundo de la empresa privada.
Y si no, que abran las listas y así veremos qué opinan los votantes de Elvira de sus estratosféricas intervenciones parlamentarias.
19 febrero, 2009
El bochorno de todos los miércoles
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3 comentarios:
Me ha sorprendido que nadie en RL haya comentado este artículo del FT:
http://www.ft.com/cms/s/36004b40-fd2a-11dd-a103-000077b07658,Authorised=false.html?_i_location=http%3A%2F%2Fwww.ft.com%2Fcms%2Fs%2F0%2F36004b40-fd2a-11dd-a103-000077b07658.html&_i_referer=http%3A%2F%2Fsearch.ft.com%2Fsearch%3FqueryText%3Dfiesta%2Bspain%26aje%3Dtrue%26dse%3D%26dsz%3D
de hace un par de días. Estube esperando algún comentario de alguien.
Un saludo a todos de un simple lector.
Buen post, pero a lo mejor todo se reduce a que esta gente no es más que una fiel representación de lo que hay en la calle. Esperemos que no.
Toda la razón Carmelo. Va siendo hora de que se abran las listas de una puñetera vez, lo malo es que en España seguir al rebaño borreguil nos mola demasiado...no veo yo a alguien del PSOE poniendo en apuros parlamentarios a ZP y en las listas en la siguientes elecciones...
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