23 febrero, 2009

A todo esto... ¿Se habrá enterado ya el PP de que no le van a perdonar la vida?

Una vez que ya sabemos lo que va a durar Bermejo en el ministerio, la pregunta que me hago (y lleva unos cuantos días rondándome la cabeza, más o menos desde que se escenificaron los "fusilamientos de Génova"), es si el Partido Popular y, sobre todo, ciertos sectores dentro del partido, se habrán dado cuenta ya de que no les van a perdonar la vida; jamás, como diría Esteban González Pons.

De eso y de que el celo destructor del enemigo es tal que incluso puede llevarse por delante a una pieza no esperada, cosas de la guerra y del fuego amigo.

Volviendo al PP, algunas señales parecen indicar que se ha llegado a este "nuevo estado de consciencia", aunque también hay que reconocer que no todos los días se ve a todo el mundo actuando de acuerdo con esa realidad y puede que muchos estén todavía pasando por la fase de la negación.

Lógico: admitir la dura verdad de que quieren acabar contigo significa también asumir que toda la estrategia que se viene desarrollando desde marzo, y de la que ha hecho bandera la nueva dirección del Partido, es un completo y absoluto fracaso. Y lo es en los dos sentidos en los que lo podía ser: en un primero ya era bastante evidente, dada la pobre evolución demoscópica de los populares desde hace unos meses, cuando todo el mundo coincide en que el gobierno debería estar hundido por la crisis y el paro.

En el segundo vemos ahora los resultados: algunos pensaban que con muchas sonrisas y pasando la mano por no pocos lomos iban a conseguir que aquellos que llevan años odiándoles empezasen, de repente, a amarles y respetarles. Y para nuestra izquierda mariacomplejada ese era un premio que valía la pena aunque para eso se tuviera que apuñalar por la espalda a otros, casualmente los que durante todo ese tiempo han estado tratando de evitar que se cometiera un ppcidio o que, al menos, este no fuera completo.

De no dejarte a vivir tranquilos a no dejarte vivir

Muchos ya pensábamos que el arriolismo campante que viene luciendo el PP de un año a esta parte (y digo un año por no ser demasiado malo) no sirve para ganar elecciones, no sé si en el propio PP lo sabían también y se conformaban con que les sirviera para ir pasando la vida tranquila y confortablemente instalados en una oposición que, si bien no reporta tanta prebenda y mamandurria como el poder propiamente dicho, tampoco está nada mal y, además, resulta bastante menos cansada.

Pero en estas últimas semanas resulta que estamos descubriendo que, cuanto más mansos se ponen los populares más cruel es el enemigo. Y es que el socialismo y sus terminales mediáticos y judiciales, que nunca han destacado por su benevolencia para con la derecha, han pensando que ante el peligro de una crisis tal que pueda darle la vuelta a todo lo mejor es no jugársela y apostar por el exterminio, políticamente hablando, claro.

¿Y si resistir fuera rentable?

Pero hoy hemos visto que la resistencia (propiciada en buena parte, por cierto, por la prensa que lleva unos diez meses siendo poco menos que despreciada) es rentable, que se puede hacer oposición y se puede luchar contra tipos como Bermejo y al final incluso es posible que ganes la partida.

Y si la caída del ex ministro furtivo no basta como síntoma, hay que apuntar que los sondeos que se han hecho públicos este fin de semana parecen indicar que el PP está mejorando sus opciones en Galicia, independientemente de que eso le baste para llegar a la mayoría absoluta que Feijóo necesita para gobernar, sí que marca una tendencia que me parece interesante: en mitad de la marejada (casi más mar arbolada) de la ins(des)trucción garzonita en lugar de verse afectado negativamente el PP parece que están teniendo más peso los lujos de Touriño.

En definitiva, que parece que, al menos por lo que a las encuestas se refiere y a tenor del "efecto Bermejo" que debe haber visto Pepiño, el PP ha conseguido parar el golpe en Galicia (en el País Vasco las cosas están más complicadas, pero por otras razones). ¿Se deberá esto a que Garzón "se ha pasado de frenada", a que ante la amenaza de la degollina absoluta los populares han demostrado tener algunas dosis de sangre en las venas o a las chulerías varias del ex ministro?

Sea lo que sea, lo que parece claro es que la confrontación que el PP ha planteado en los últimos días contra los manejos de los cazadores no ha alarmado a un electorado que quizá no ve al fascismo y a la derecha extrema en tantos sitios como nos quieren hacer creer.

Ahora lo bueno sería que alguien hubiese aprendido la lección o, mejor dicho, las dos lecciones: que los contrarios no perdonan y que ni defenderse ni atacar están tan mal vistos. Y ya puestos a pedir, que se ponga el partido en manos de un líder (o una lideresa) un poco mejor dotado para el cuerpo a cuerpo, que la pelea promete ser dura y los golpes más bien bajos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Macho, con el post tan largo que has escrito no se cómo no has actualizado y has dado la noticia definitiva.

Bueno, yo creo que tu mas o menos lo has dicho en el post: no por decir las cosas claras (en este caso, defenderse de lo que tu llamas "fusilamientos") se va a pensar todo el mundo que eres un crispador, antipatriota, etc. De hecho, Rajoy se habrá dado cuenta de que "dejarse dar" no sirve de nada, y sin embargo cantarle las cuarenta a los que no respetan la división de poderes le ha dado un buen resultado (yo creo que la cabeza de Bermejo es un trofeo en las vitrinas de Génova). Y es que da igual lo que diga el PP, les van a llamar fachas siempre, asi que mejor defenderse. Otrosí digo: llevo todo el día navegando por medios afines al PSOE (sobre todo menéame) y la mayoría de la gente veía completamente normal el cese de Mariano.

Creo que ahora el PP no debe parar de preguntar que paso en la cacería, quién y por qué invita a ministros y jueces a monterías, quien filtra a El Pais, etc. Eso sí, también debe mostrar mano firme con los posibles corruptos, por que si que he notado que mucha gente pide que rueden (mas) cabezas en el PP, ahora que el cazador ha sido cazado.