29 febrero, 2004

El periodista tranquilo

Aparece hoy en El País Semanal (va a parecer que no leo otra cosa) un reportaje sobre José Luis Rodríguez Zapatero.

Conociendo los casi siempre espurios motivos del actuar de los medios de PRISA me preocupa el tono a obituario amable que desprende el artículo. Hoy por hoy es casi imposible leer algo tan almibarado sobre alguien vivo: los espejos de perfección suelen alcanzar ese estado en la otra vida, pero para el autor de este publirreportaje, José Luis Barbería, todo es experiencia, saber estar y bonhomía en Zetapé.

Hay, sin embargo, algunas cosas que me llaman la atención y que creo que se le han escapado al corrector de pruebas de Ferraz que habrá revisado el texto. O quizá las han metido a posteriori, y precisamente por eso cantan más que “la Parrala”.

La primera es una fotografía en la que en la inauguración de la calle de su abuelo en León aparece un Zapatero más joven, trajeado y con unos inclasificables mocasines y calcetines blancos. Para que luego digan que los asesores de imagen no son necesarios…

Otra cosa un poco más seria y también bastante más lamentable es la utilización del abuelo republicano muerto para construir una leyenda de “familia de izquierdas de toda la vida y republicanos de pro”. Efectivamente, el abuelo de JLRZ murió fusilado en la Guerra Civil, como tantos otros españoles bajo unos u otros fusiles, pero me resulta deplorable que eso se utilice para expedir una especie de certificado de demócrata.

El “guerracivilismo” llega a puntos de un lirismo delirante: “[…] Así supo que su familia pertenecía a la España derrotada, que su abuelo había sido fusilado por permanecer leal a la República. […]”. Menos mal que el padre de esa familia republicana consiguió alcanzar los cargos de Director de los Servicios Jurídicos del Ayuntamiento de León y decano del Colegio de Abogados, supongo que reservados por la dictadura franquista para peligrosos revolucionarios…

En cuanto al plano de la experiencia política, el artículo nos vende la ascensión de Zetapé a la Secretaría General del partido en León como una aventura política digna de Adenauer. No digo yo que no tenga mérito, pero ni eso ni el congreso de los “balbases” me parecen suficiente vitola para alguien que quiere gobernar un país tan complejo como España y en un momento nada fácil como el actual. ¿Qué habría escrito el publicista, perdón, periodista, si Zetapé hubiese ocupado prácticamente todos los cargos posibles desde una concejalía a la vicepresidencia del gobierno como Mariano Rajoy? Supongo que los espasmos de placer no le habrían permitido ni llegar a teclear el título.

Además, en un final de párrafo se nos cuela una afirmación bastante demoledora (estos Polanco’s boys siempre le ponen una vela a Dios y otra al Diablo): “[…] Como tantos otros políticos españoles, tiene el déficit de su falta de experiencia en la gestión empresarial, un pobre manejo de idiomas y escasa andadura internacional” […]. Joder con las pequeñas carencias.

Ha sido un buen intento pero no cuela. Sigue sin valerme. Y otro día hablaremos del tema de la objetividad periodística…

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