28 febrero, 2004

Los renglones torcidos de Dios

Publica El País Semanal un interesante reportaje sobre enfermedades extrañas. A través de sus protagonistas, los enfermos y sus familiares, se nos describe el desamparo y la soledad de familias y personas que pasan años intentando saber contra qué luchan.

Así, conocemos a Amaia, que a sus 10 años ha sufrido, sólo en una mano, 16 operaciones porque nació con el Síndrome de Aspert, que crea diversas malformaciones congénitas.

O a Miguel, que padece un severo retraso mental y psicomotriz, y que pese a eso y a que su esperanza de vida no va más allá de la adolescencia porque tiene el Síndrome de Hunter, es un niño alegre y sonriente.

Fide, por su parte, sufre algo llamado Porfiria Congénita de Günter, una enfermedad dermatológica. Según ella misma lo describe: “…Mi cara es como una gran cicatriz y mis manos se asemejan más a muñones. Ya no me reconozco en las fotografías de antes”. Tiene 28 años y mantiene la esperanza de formar una familia.

Dice el refrán que Dios escribe recto con reglones torcidos, personalmente creo escribe bastante torcido, y los renglones hacen lo que pueden, muchas veces más de lo que pueden. Soy capaz de entender la crueldad humana, pero no logro entender éste despliegue de atrocidad divina.

¿Con qué cara se enfrentará Dios a Amaia, Miguel y Fide el Día del Juicio? ¿Podrá soportar su mirada?

No hay comentarios: