Ayer encontraron muerto al ciclista Marco Pantani, uno de los genios del mundo de la bicicleta. Durante muchos años fue seguramente el mejor escalador del mundo y ganó el Giro y Tour en 1998.
Los últimos años de “el Pirata” fueron una tortura, ya que se vio envuelto como pocos en el continuo escándalo sobre dopaje en que se ha convertido el mundo del ciclismo, aunque nunca dio positivo de ninguna sustancia concreta, sí tuvo un nivel de glóbulos rojos superior al normal en el Giro del 99, del que fue expulsado un día antes de ganarlo. Su final ha sido tristemente concordante con esos años, sólo en una habitación de hotel y en circunstancias extrañas a estas horas no del todo aclaradas.
Recientemente murió en una situación similar otro gran ciclista y de un estilo similar a Pantani: el español Jiménez. Su vida también se había convertido en un camino de espinas, aunque no recuerdo que se le vinculara directamente con ningún caso de dopaje.
Las muertes de estos grandes deportistas, estrellas en su campo y realmente adorados por el público son el penúltimo escalón en la tragedia en que estamos convirtiendo al deporte de élite hoy en día.
El nivel de exigencia del público, de los patrocinadores y, al final, de los propios profesionales en la búsqueda de gloria y dinero nos llevan a situaciones como la del ciclismo, en la que los mejores se ven obligados a tomar sustancias prohibidas para mantener o alcanzar el nivel en el que llegan los contratos millonarios y la gloria, pero luego son despedazados socialmente si se descubre el tinglado.
O lo que todavía es peor, deportes que son una verdadera tortura para menores que fustigan su cuerpo con sesiones maratonianas de entrenamiento y regímenes alimenticios prácticamente anoréxicos en virtud del ejercicio perfecto, de la medalla, del campeonato... como la detestable gimnasia rítmica.
Seguimos prefiriendo el triunfo a toda costa a la derrota honrosa, y a toda costa significa muchas veces no sólo por encima del enemigo (la palabra contrincante ya ni se usa), sino también por encima de los nuestros.
15 febrero, 2004
Muere Marco Pantani
Posted by Unknown at 8:35 p. m. Menéame
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1 comentario:
Tu comentario acerca de la gimnasia rítmica demuestra una absoluta ignorancia.
A nivel profesional, los entrenamientos no son de más horas que los de cualquier otro deporte... Y creo que no es difícil comprender que es imposible soportar algo así con anorexia o cualquier otra enfermedad o problema alimenticio.
Nada más, no podía quedarme indiferente, aunque sé que estoy perdiendo el tiempo.
¡Qué lástima que un deporta tan bello, que más que deporte es arte, esté cargado de tantos estereotipos!
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