Ser diligente e inteligente. La diligencia hace con rapidez lo que la inteligencia ha pensado con calma. La prisa es una pasión de necios: como no descubren el límite, actúan sin reparo. Por el contrario, los sabios suelen pecar de lentos, pues una mirada atenta obliga a detenerse.
Baltasar Gracián, “El arte de la prudencia”
04 febrero, 2004
Posted by
Unknown
at
3:30 p. m.
Menéame
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario