12 abril, 2004

¿Quién quiere un Irak de Ayatollahs?

Los medios de comunicación españoles, tan sensibles y comprensivos siempre con los movimientos antidemocráticos, siguen llamando “resistente” a todo aquel que empuña un arma o pone bombas en la puerta de una mezquita en Irak.

El vocablo “resistencia” tiene unas connotaciones muy diferentes a otros como “terrorismo” con los que comparte métodos de "lucha", todos hemos visto muchas películas sobre heroicos franceses que se oponen con riesgo grave de sus vidas a la ocupación nazi, así que el resistente tiene una aureola de luchador en pro de la libertad, de aquel que en condiciones durísimas se opone a un poder aparentemente inquebrantable, tan perverso como potente.

La elección de determinadas palabras es, sin duda, una de las herramientas más eficaces de los periodistas sin escrúpulos y no suele ser casual. La mayor parte de las veces sirven para travestir lo malo en bueno u ocultar lo que no interesa que se sepa. A pesar de su simpleza es un método muy eficaz.

Los terroristas iraquíes han cambiado en los últimas días el bombazo por la insurrección armada más o menos abierta, las personas mueren en las calles de Faluya y la población civil tiene que huir al desierto, pero casi nadie se pregunta qué pretende el llamado Ejército de Mehdi, nos conformamos con reconocerlos como “resistentes”.

Sin embargo, creo que no estaría de más saber que el dicho ejército no es sino la guardia particular de un fanático religioso buscado por asesinato y cuyo programa político es instaurar una teocracia a la iraní, guardando para sí el papel de un personaje tan entrañable como Jomeini, amigo de sus amigos y defensor de las libertades, especialmente de las de las mujeres.

¿Quiere usted que Irak (o cualquier otro país) retroceda la friolera de mil años e instaure una forma de gobierno totalmente medieval en la que los derechos humanos son algo tan real como el vuelo de los burros? No lo dude entonces: salga a la calle a manifestarse en contra de los EEUU y en apoyo a la “resistencia” iraquí. Y, por supuesto, no dude en afirmar que lo que a usted le preocupa es el pueblo llano, ya se sabe que en ese tipo de regímenes la gente suele ser muy feliz y muy libre.

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