05 junio, 2004

El (ex) amigo americano

Hay decisiones que parece que son gratuitas, que sólo tienen un lado bueno. Decisiones que te pueden hacen ganar muchos votos, que tratas de rentabilizar políticamente porque su costo, su lado malo, es reducido o inexistente.

Otras, por el contrario, llevan aparejado un reverso evidente que hace más importante todavía explicar sus aspectos positivos o aquellas circunstancias que las convierten en imprescindibles o muy recomendables. En suma, en política es muy complicado que llueva a gusto de todos y, a veces, cuando todo el mundo quiere un sol playero hay que explicarle que es necesaria la lluvia.

Tener un protagonismo tan evidente en torno a la guerra de Irak era una decisión del segundo tipo, pero Aznar no quiso darse cuenta de ello y tampoco pensaba, creo yo, que el comportamiento de la oposición iba a ser tan pancartero y desleal. ¿Ha aprendido la lección el PP? Esperemos que sí.

El actual gobierno ha pretendido que creamos que la medida de retirar las tropas por la vía rápida y vergonzante es del primer grupo, de las gratuitas. Zetapé, su vicepresidenta de la cuota y su candidato ex candidato piensan o quieren que pensemos (y no sé cual de las dos opciones me parece peor) que es posible enemistarse con el país más poderoso del mundo, traicionarles y pasarse el día insultándoles y que no pase nada, que no te afecte.

Bien, muy inteligentes los tres. Sin embargo puede que sí pase algo. Nuestra principal prioridad en política exterior es mantener bajo control el problema de Marruecos, si hacemos el ejercicio mental de pensar en España librando una guerra vemos que el único enemigo posible el vecino del sur, que reclama dos de nuestras ciudades y siete de nuestras islas y que ya ha enviado soldados a territorio español a calibrar como andamos de músculo militar.

Pues a partir de ahora Marruecos es un “aliado preferente” de los EE.UU., un estatus que le permite adquirir el más moderno material militar para usarlo ¿adivinan contra quien?

Un gran logro de este imbécil que, además, insulta nuestra inteligencia cada vez que mient… digo habla.

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