08 junio, 2004

El segundo debate, valoración de urgencia

Ahora sí.

Esto sí ha sido un debate. Aunque el formato era el mismo que la semana pasada los candidatos han estado mucho mejor y han superado los nervios y la dependencia patética del reloj, han estado más sueltos y creo que han “transmitido” mejor, en el sentido taurino del término.

He de confesar que me ha encantado Jaime Mayor. Ha empezado de forma demoledora acusando a su adversario de haber mentido en el otro debate y recordándole que fue candidato a la presidencia del Gobierno y tuvo que dejar la carrera por unos problemas de corrupción bastante turbios y, todavía más importante, ha salido en defensa de los millones de votantes del PP.

A partir de ese punto creo que ha ido siempre en cabeza y que ha sido más incisivo, más claro y más contundente que el candidato ex candidato, que ha tenido algunos momentos en los que, al menos yo, le he visto cerca del KO.

En cuanto a los argumentos de uno y otro, han sido bastante similares a los de la semana pasada, pero expuestos y enfrentados de una forma más eficaz. Ambos cabezas de cartel han reivindicado su actitud hacia Europa, apelando Mayor a la firmeza y la seriedad y Borrell al dialogo, el talante y un supuesto europeismo que no sé donde se compra pero que parece ser que lo pilló todo él (yo creo que lo compró en un “Todo a 100”, pero ese ya es otro tema).

El momento más farragoso ha sido el de la economía. Hay que reconocerle al candidato ex candidato que tiene mérito pretender comparar la gestión económica del PSOE con la del PP, y ha estado a punto de conseguirlo a través de la maraña de cifras, estudios y estadísticas, pero mi sensación es que la realidad es muy tozuda y creo que al final ese es un jardín en el que los socialistas son incapaces de encontrar flores.

El capítulo de política exterior y seguridad ha sido, otra vez, casi en exclusiva para el rollete de la Guerra de Irak, pero resulta que hoy era mal día para eso y Mayor le ha dado en todos los morros con la nueva resolución de la ONU y le ha echado en cara el electoralismo barato del PSOE en esa cuestión. Nuevamente, creo que Borrell se ha visto sobrepasado.

Por último, en la despedida Borrell ha acusado los golpes recibidos, ha estado menos eficaz que en el día de Tele 5 y, además, se ha encontrado con que Mayor Oreja ha hecho un corto pero excelente discurso basado en tres puntos fuertes: España, la libertad y el protagonismo de la sociedad civil en el progreso económico y los éxitos de los años del PP. Chapó.

En resumen, creo que Mayor ha ganado por goleada. ¿Servirá para algo? No lo sé, pero por lo menos hemos disfrutado un rato.

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