Aunque la mayor parte de nosotros no nos hemos dado demasiada cuenta, la sociedad española ha realizado uno de sus mayores cambios en los últimos 8 años y creo que nos hemos acercado como nunca a los países más desarrollados del mundo. Si bien me parece que esto es válido para toda España, creo que es particularmente cierto en Madrid, que es donde yo vivo.
Obviamente, algunos de los que lean esto me dirán que naranjas de la China y que ellos no viven como un ciudadano de Londres o París, por citar dos ejemplos, pero que no se nos olvide que en cualquier ciudad del mundo hay quien vive mejor y quien vive peor, es uno de los defectos o virtudes del capitalismo. A lo que yo me refiero no es tanto a la percepción particular que cada uno de nosotros tengamos de nuestro nivel de vida como a algunos elementos que me parecen muy significativos y que pienso que hablan del movimiento de una sociedad hacia cotas de mayor prosperidad o, al menos, a parecerse a otras que siempre han sido referente de riqueza casi inalcanzable.
El primero de estos elementos ha sido, sin duda, la llegada masiva de inmigrantes y su ocupación de amplios espacios laborales hasta ahora en manos de compatriotas y en los que, sin embargo, es dificilísimo encontrarse con españoles hoy en día: construcción, hostelería, determinados tipos de servicios… Este es un cambio que todavía está a medias y aun tenemos que ver muchos más inmigrantes en lugares como comercios, taxis…
Otro de estos grandes cambios es la escalada del precio de la vivienda, en la que creo que se han unido elementos coyunturales con estos cambios de los que hablo, pero que sin duda nos acercan a los niveles que tiene este bien en países de nuestro entorno.
Por último, ayer por la noche tuve otra prueba de estos cambios: nos clavaron casi 12.000 de las antiguas pesetas por una cena, normalita, para tres personas. En resumen: el ocio y en especial la restauración están adquiriendo carácter de bien de lujo.
Me dirán ustedes que maldita la gracia que tiene prosperar si es para cosas como estas dos últimas, pero aquí no juzgamos si el proceso es bueno o malo, amén de que hay otros factores que nos hablan de lo mismo y no son tan negativos como, por poner un ejemplo en esta misma línea, la popularización y abaratamiento de los viajes al extranjero.
Está claro que estamos a mitad de la evolución, tan claro como que ésta se ha acelerado mucho desde 1996 pero todavía no es lo suficientemente consistente, es decir, no es tan complicado que nos demos la vuelta en los aspectos positivos pero eso sí: los negativos han venido para quedarse.
Otro aspecto de este tema que me llama la atención es como los poderes públicos y los partidos políticos (todos) no se han dado cuenta de por donde venía el cambio y de la profundidad de éste y no han sido capaces de poner en marcha soluciones nuevas y válidas para los nuevos problemas que se generan en un nuevo contexto social, pero eso nos daría para otros artículos…
15 agosto, 2004
Hacia otra sociedad
Posted by Unknown at 12:06 p. m. Menéame
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