14 septiembre, 2004

Una de libros: ‘Ébano’

Ayer por la noche le robé las primeras horas al sueño para terminar de leer ‘Ébano’, de Ryszard Kapuscinski (tiene tela el nombrecito). Es la primera vez que me encuentro cara a cara con una obra de este periodista y escritor polaco y la verdad es que tengo que decirles que estoy impresionado. El libro recoge la experiencia que ha acumulado Kapuscinski en unos 40 años de viajes y estancias en África, donde trabajó como enviado especial de diversas agencias y medios en prácticamente todos los rincones del continente.

Además de una capacidad de análisis que para sí quisieran muchos que van por ahí de gurús, Kapuscinski tiene un estilo que conjuga lo mejor de la prosa periodística: agilidad, sencillez, claridad, un toque de humor cuando es necesario... Resulta especialmente grato para mí ver como un periodista no redacta un libro tratándonos de demostrar lo estupendamente que escribe, sino esforzándose en que le entendamos y en que leerle sea un ejercicio agradecido, fácil y estimulante. No hay nada más tedioso que la prosa oscura y rimbombante del falso académico que tiene que abarrocarse para que no descubramos que no sabe escribir.

Volviendo a ‘Ébano’, cada capítulo está destinado a un lugar, una persona o un acontecimiento histórico. Leemos sobre la vida de Amín, uno de los dictadores de Uganda, y comprendemos el triste mecanismo de muchas de las satrapías que pueblan el continente negro; nos explica el conflicto entre hutus y tutsis de Ruanda y entendemos como los conflictos étnicos han sangrado África; y así con sus mercados y sus gentes, con el desierto y la sabana, con las casi imposibles comunicaciones en un continente en el que una carretera asfaltada es un extraño lujo, con el casi omnipresente e insoportable calor…

Al final de sus compactas y ajustadas 300 páginas tenemos la sensación de que empezamos a comprender ese territorio inmenso y hasta ahora oscuro que para la mayoría de nosotros es África, sobre todo desde el Sahara hacia el sur. Un lugar que se mantenía absolutamente desconocido e incomprensible, completamente al margen de nuestro círculo habitual de información y del que, mire usted por donde, podríamos aprender un montón de cosas, aunque sólo fuesen nuestros propios errores.

Una joya, se lo recomiendo.

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