17 diciembre, 2004

Carod, el cava e Internet

La polémica del boicot al cava catalán como represalia por el trato que han prodigado los capitostes de ERC a la candidatura olímpica de Madrid ha llegado a tal punto de intensidad que los políticos se han lanzado a la arena (en este caso la bodega) e incluso el mismísimo Carod ha tenido que retractarse de su metida de pata y pedir disculpas. Unas disculpas muy sui generis porque cuando uno es burro sólo le salen rebuznos, eso sí, pero significativas en un tipo como el mandamás de ERC que está acostumbrado a meter el dedo en el ojo del vecino y calificar el hecho como agresión intolerable… a su dedo.

Hay dos cosas en todo este tema que me llaman poderosamente la atención y la primera de ellas es la bajeza moral que ha demostrado ERC. El partido independentista nos ha enseñado su peor cara que, además, me temo que es la más sincera: son envidiosos, rastreros y ruines. Cualquier persona de bien se alegraría de que Madrid, después de lo que hemos pasado este año, tuviese la alegría de la nominación olímpica el que viene; si además eres español entiendo que esa alegría debería ser mayor; y si eres catalán y después de lo que toda España hizo por tú olimpiada no sólo no alegrarte sino muy al contrario poner todas las chinas a tu alcance en el camino de Madrid 2012 te define como una bazofia de persona.

Pero bueno, libres son de retrasarse en toda su esplendorosa miseria si así les place, o mejor dicho, serían libres de hacerlo si no fuesen, como Bargalló, cargos institucionales que representan a toda Cataluña, incluyendo tanto a aquellos ciudadanos que les votaron (sólo el 16 %) como a aquellos que no (nada más y nada menos que un 84 %).

La otra cosa que me sorprende es todo este asunto es el éxito que aparentemente está teniendo una iniciativa de la que ningún personaje destacado se ha hecho eco (al menos para apoyarla), que no se ha publicitado a través de las radios, las televisiones o los grandes medios, sino que ha provocado que, una vez más, tanto unos como otros vuelvan su mirada a Internet, los correos electrónicos y los mensaje entre teléfonos móviles.

Parece que, gracias a Internet, los ciudadanos de a pie tienen a su alcance lanzar ideas y, en determinadas circunstancias, éstas pueden extenderse y alcanzar un impacto tal que algunos políticos no les queda más remedio que tragarse la mierda que han hablado antes.

Debe ser eso lo que quieren evitar.

No hay comentarios: