03 diciembre, 2004

La obra de arte más influyente del S XX

La fotografía que pueden ustedes ver junto a estas líneas refleja el famoso meadero de Duchamp, que ha sido elegido como la obra de arte más influyente del pasado siglo, la centuria además en la que probablemente más presente ha estado el arte en la vida de lo que podríamos denominar “el hombre común”.

La elección, tan subjetiva y criticable como cualquier otra, la han realizado unos 500 expertos consultados a tal fin como parte de una campaña para promocionar un premio de arte. Sus seguidores en la lista han sido obras de Picasso, Warhol y Matisse.

La obra de Duchamp es probablemente la más criticada del pasado siglo junto con el 4’33’’ de Cage, que quizá sea a su vez la obra musical más influyente. Y es que las dos son, a pesar de su aparente simpleza (el ejemplo perfecto del “eso lo hace cualquiera”), reflexiones muy profundas sobre los caminos por los que debían seguir disciplinas artísticas como la música y la plástica que habían llegado a un grado de perfección formal que dejaba a los artistas frente a un callejón sin salida. Obras como estas fueron las que abrieron nuevos caminos que son por los que ha transitado lo más interesante del arte desde entonces.

La consideración de que cualquier objeto puede ser una obra de arte si el artista lo considera oportuno y lo ubica en el lugar adecuado (que es lo que hace Duchamp) rompió moldes y, sobre todo, rompió las barreras mentales de los artistas y gracias a ello el S XX ha sido, probablemente, el que ha disfrutado del arte más libre, no sé si el mejor, pero desde luego el más libre. Y yo, señores, estoy a favor de todo lo que sea libertad.

Obviamente, contemplar un urinario firmado por un inexistente R. Mutt no me provoca la emoción artística que las pinturas negras de Goya o los grandes cuadros de Van Gogh, pero no dejo de admirar la audacia intelectual que hay detrás de él. Además, ¿quién dijo que el arte es únicamente cosa de emociones?

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