15 enero, 2005

El pacto

Ayer por la tarde los líderes de las fuerzas políticas que representan más del 80 % de los votos en nuestro país hicieron lo que todos esperábamos que hicieran y lo que, por otra parte, no podían dejar de hacer sin arriesgarse a acabar sus respectivas carreras políticas: entenderse en lo fundamental y plantar cara conjuntamente al reto de asesinos y secesionistas.

El resultado de la reunión es bueno y supongo que a la mayoría nos tranquiliza pero, ¿nos quedamos tranquilos del todo? Pues no, todavía hay nubarrones en el horizonte político nacional. Y el primero de ellos es la poca confianza que nos inspiran el Presidente del Gobierno y su partido, que ya se la han dado con queso al PP en numerosas ocasiones antes y después de las elecciones de marzo.

También hay que señalar que es más que probable que este pacto haga crecer la tensión entre el PSOE y sus actuales socios de gobierno, y la parte más débil de la actual cuerda política es, hasta que se demuestre lo contrario, la que une a los dos grandes partidos.

Por otra parte, personalmente preferiría que las cosas fuesen un poco menos difusas y creo que sería positivo que todos supiésemos el “plan de acción” de PSOE y PP, es decir, que ciudadanos y políticos tuviesen claro qué respuestas se van a dar a los distintos retos que irá lanzando el PNV en los próximos meses.

En cualquier caso, estas dudas no deben evitar que, por una vez, nos alegremos un poco con la situación política, y es que hemos pasado del ataque frontal y la clara intención de exterminación política a frases como la que pronunciaba ZP hoy en un mitin: “(…) lo que representa la derecha en este país es imprescindible para avanzar en las reformas y en la convivencia democrática".

Ahora sólo nos queda abandonar definitivamente el camino del insulto y avanzar por el de los hechos.

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