Escucho en la tertulia de La Mañana de la COPE un interesante debate entre Jiménez Losantos y Pedro J. sobre qué rumbo debe tomar la oposición del PP. El primero, con un tono cada día más elevado (no entramos ahora a valorar si justificadamente o no) está reclamando que los populares movilicen ya a su amplia base social. El director de El Mundo, por su parte, piensa que el PP debe continuar más o menos como hasta ahora, transmitiendo imagen de moderación y equilibrio, alejándose de los extremismos que es donde desea colocarles el Gobierno.
Personalmente, estoy de acuerdo con ambos, aunque eso pueda parecer paradójico. Por una parte es necesario que el PP trasmita que no está dispuesto a dejarse avasallar, insultar y sacar del mapa político por el fondo a la derecha, como están intentando el PSOE y sus socios de gobierno. También puede ser positivo que su base social, sus militantes y votantes, perciban que el partido les defiende, que no les deja tirados frente a los que insultan y buscan cada día más descaradamente la marginación del PP y des simpatizantes y afiliados.
Por el otro lado, hay que preguntarse por las consecuencias que tendrían dichas movilizaciones y el uso que se podría hacer de ellas desde los poderes fácticos fácilmente reconocibles que en el mundo son, y que son en abundancia, dicho sea de paso. Estamos “disfrutando” ahora de un buen ejemplo de ello. Así que nos queda un sabor agridulce, por un lado la necesitad de hacer algo y por el otro la seguridad de que sea lo que sea van a tratar de darle la vuelta y esgrimir eso como ejemplo de la vuelta del fascismo, aunque todo lo que se plantee sea una ofrenda floral.
Ante esta paradoja los dirigentes del PP se quedan con escaso margen de maniobra y en una situación tácticamente más compleja que la batalla de Waterloo. Personalmente creo que puede ser positivo que los populares hagan una demostración de fuerza ante el gobierno y ante los suyos, pero deben ser extremadamente cautos a la hora de llevarla a cabo y, sobre todo, de elegir las razones (quizá el Plan Ibarretxe pueda ser una de ellas).
Por otra parte, por mucho que ahora la situación está particularmente tensa en un partido de centro derecha la “munición callejera” tenderá agotarse antes que en los de la izquierda, por lo que también es importante que se elijan muy bien los retos, y dado que la situación política puede llevarnos pronto a ignotos laberintos y precipicios sería una pena que llegásemos desfondados a ese punto.
En resumen, hay que medir bien las fuerzas, sólo nos faltaría que en lo mejor de la carrera no pudiésemos más.
27 enero, 2005
¿El PP en la calle?
Posted by Unknown at 11:39 a. m. Menéame
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